Fue un golpe, un revés. De esos que duelen desde la confianza. Esos que te hacen masticar bronca por lo que no pudo ser. Por un Vélez que fue de menor a mayor en el encuentro y que cuando mejor estaba plantado en cancha y se arriesgaba a buscar un poco más el arco rival, recibió el impacto.

Vélez cayó derrotado por 1 a 0 ante Sarmiento en Junín, en el debut del Torneo de Primera 2016. En un encuentro cambiante donde el local arrancó mejor; en el complemento el Fortín comenzó a hacer mejor las cosas y en su mejor momento recibió el impacto, con el gol de Carlos Bueno en la primera que tocaba.

Porque fue así el desarrollo de juego debut de Bassedas en el banco de suplentes de Vélez Sarsfield. Un encuentro de sus dirigidos donde mostraron que aún queda mucho camino por recorrer en la conformación de un equipo y en la búsqueda de afianzar una idea futbolística; sobre todo cuando se pretende ser protagonista del juego y se le cede instintivamente la pelota al rival.

Eso fue lo que le costó de juego en Junín al Fortín. Porque desde el vamos le cedió el protagonismo al Verde de Lippi, que se movía rápido y prolijo con la movilidad de Nico Sánchez y el escurridizo Fabio Álvarez; y así se plantó en la contra tratando de intensificar desbordes desde las bandas donde algunas escaladas de Fabricio Alvarenga por derecha y de Hernán Toledo por izquierda inquietaron la tranquilidad de la valla de Trípodi. Sin embargo, la más clara fue para el local, en un fantástico remate a quema ropa que tapó Assmann a Busse en la puerta del área chica. Vélez le dio la responsabilidad a Sarmiento del juego y se dedicó a tratar de sorprender en alguna contra pero sin mayores riesgos.

En el complemento la historia cambió, más allá que en la primera de juego también fue Assmann el que se lució en otro mano a mano para dejar a salvo la portería del Fortín. Pero ahí rápidamente, Vélez empezó a leer el juego desde la tenencia y fue el ingreso de Jorge Correa lo que le dio ese vértigo necesario al juego de equipo en busca del arco rival. Coco ingresó primero por la banda (en lugar de Alvarenga) y cuando se corrió al medio mostró buena conducción explosiva para generar riesgo. Lo tuvo claro Pavone con un remate cruzado que se fue muy cerca.

Era Vélez el que buscaba y salía rápido a campo rival con un Toledo que desbordó siempre haciendo que Caire sueñe con el toda la semana; sin embargo, a Vélez le faltaba la puntada sin hilo. Pero Lippi le contestó los cambio a Bassedas y mando a cancha al moreno Kevin Mercado y al veterano Carlos Bueno. Fueron ellos los que armaron la jugada por la derecha buscando el espacio vacío y Bueno (que hacía un minuto había ingresado) en la primera que tocó la mandó a guardar y así sentenciar el juego. Porque a Vélez el tanto le cayó como un golpe de nocaut y ya no pudo reponerse; ni siquiera con los ingresos de Doffo y el juvenil el Tigre Maxi Romero.

El Fortín arrancó con el pie izquierdo una competencia que recién comienza, que no presenta margen de error y que no perdona. Vélez está obligado a crecer. Obligado a creer.