Cuántas victorias más necesitará Vélez Sarsfield para convencer a propios y extraños de que es posible. Cuántas más como la de esta noche precisará para terminar de moldear su impronta protagónica en busca de la gloria misma. Cuánto aún más se deberá sufrir en ese anda de paso a paso bien marcado y pisado. Todo esto y mucho más, de serlo necesario, es bienvenido que Vélez lo transite; por más que el corazón amague con abandonar en medio del camino.

Porque el comentario de un partido que Vélez pudo haber ganado por goleada y que sin embargo lo terminó por la mínima y con algún sobresalto en tiempos de cierre y liquidación del encuentro; no empaña lo tan bueno (debo decir para corregirme: IMPRESIONANTE)  que va realizando este grupo de hombres, que comandados por el Tigre Gareca, van en busca de una nueva estrella para la constelación gloriosa velezana.

Porque en la instancia de "paso a paso" que instauró el gran Mostaza Merlo y que Gareca adoptó como suya; el Fortín saca chapa de pisar firme el terreno por más que mucho se le mueva. Porque pasa por una mentalidad que se ha hecho de un tiempo a esta parte ganadora y no querer renunciar ni un poco a las chances para ser protagonista. Este Vélez asume los riesgos de tener que salir al campo de juego con el rol de candidato y a esta altura, tachando casilleros de misiones cumplidas para ya dejar justamente la candidatura y ser un serio aspirante al título.

No le sobra nada a este equipo de Gareca del segundo semestre del año. Pero a la vez destella tenencia y también aprendió a jugar sin la pelota o utilizarla como un recurso para buscar a los pilares de arriba y que ellos mismos resuelvan ante todo. No piense que Vélez es solamente pelotazo a los puntas. Nada de eso. El equipo del Tigre opta por esa opción por potencia de sus delanteros (el Chucky Ferreyra en un gran momento), que se apoyan en la ductilidad de Federico Insúa que pincelea todo el marco para graficar el mejor Vélez.

Fue duro Quilmes de superar. Las necesidades lo obligan a ser preocupante para quien lo enfrenta. Vélez sintió esa presión los primeros minutos, pero encontró la llave de la victoria en la expulsión cerca del final de primer tiempo del central Wilfredo Olivera. Desde allí el Fortín se expandió en el terreno de juego y vino el gol del triunfo por el sector por el cual se desesperaba Gareca de pedirle a sus jugadores que jueguen: la izquierda. 

Entonces por ese lado llegó la pelota a Insúa para habilitar con precisión entre líneas a Ariel Cabral que no tuvo más que meterse y tirar el centro atrás para que aparezca Facundo Ferreyra más encendido que nunca para capturar el rebote de Trípodi y mandarse con pelota y todo al fondo de la red. Después lo tuvo varias para ampliar pero algunas malas decisiones o virtudes de rival no pudo estirarse en nada para que el marcador termine en goleada, y mire si hubo chances. Sin dudas que una de las principales figuras ha sido el Pocho Insúa; porque fue el que jugó e hizo jugar al resto.

En todas sus líneas a Vélez le sobra carácter y actitud para soñar. Más allá de ir paso a paso con el sueño, se sabe importante y lo demuestra en cancha. Así sumó su quinta victoria consecutiva y sin aún jugar el resto, saca cuatro puntos a sus escoltas y trepa al umbral de los 32 puntos en la competencia con la que sueña.

Para recibir a Boca el domingo, Gareca no podrá contar (Gracias a lo apresurado y errático con las tarjetas Ceballos) con Sebastián Domínguez y Fabián Cubero; que pueden ser reemplazados por Gino Peruzzi y Juan Ignacio Sills. Por eso marca la diferencia. Por el don de equipo y grupo que conserva intacto en este andar triunfal velezano. 

Quedan tan solo cuatro finales y la ilusión es muy grande, porque este Vélez... apunta alto. Muy alto.

Twitter: @martineta16