El fútbol le puso freno a la ilusión. Fue despertarse de un sueño que tuvo momentos de altibajos duros de transitar que hicieron que pocas veces el sueño justamente sea placentero. Tal vez lo esquivo de un torneo como este Clausura que se le presentó a este Vélez, fue demasiado en su esencia como para revertir la suerte, tomar las riendas del destino y torcerlo definitivamente. Se ve que el Fortín tenía impreso su futuro en el último Clausura en su especie y se despidió de toda chance justo una fecha antes del desenlace.

Porque por más negado que fue el campeonato para este equipo de Ricardo Gareca uno no podía dejar de aferrarse a la ilusión que condenaba con la chance de coronar. Porque todo podía pasar en el tramo final y en la lucha que por estos lados se conoce y mucho. Todo podía pasar, como también el resultado final que tuvo este encuentro ante Tigre. Lo que queda claro es que Vélez se despidió con la frente en alta, con los dientes apretados y con el dolor de quedar ahí, a un paso.

Era una final. Como las que definen mucho. Como lo fue ésta frente al equipo de Rodolfo Arruabarrena. Ganar o morir, desde el lenguaje futbolero. Con el condimento para el equipo de Víctoria que no solo necesitaba ganar para seguir peleando arriba; sino sumar los tres puntos que lo mantegan vivo en la permanencia en primera división. Un encuentro sin dudas que nadie quería perderse, para meterle la presión al líder Boca Juniors.

Se jugó con nervios, con entrega, con cuidados tácticos y con mucho corazón. Cuando eso pasa en los 22 que entran a la cancha, es muy probable que los espacios sean ínfimos tanto como las chances de desequilibrar. Solamente algo extraordinario tiende a torcerle la mano al destino de esos juegos y algo de eso pasó en la noche de Liniers. Vélez tuvo la pelota pero lastimó poco y Tigre siempre se mostró criterioso y picante a la hora de buscar a Barovero y convertirlo una y otra vez en figura, porque en su arquero Vélez pudo sostener en gran parte el cero en su puerta.

Pero en el complemento cambió el rumbo del partido. Patricio Loustau expulsó a Fabián Cubero en una jugada de roja directa cuando el Poroto cometió una falta leve y en el envió de su carrera buscando estabilizarse pisó el pecho de Diego Morales que había caído al piso. El juez curiosamente no dudó y con esa roja que le mostró al capitán del Fortín sintetizó la despedida de Vélez de la lucha por el campeonato. Porque desde allí, se abrió un abismo en las líneas y la fuerza comenzó a mermar mientras el Chino Luna aprovechaba una posición pasiva para picar al vacío y definir por arriba de Barovero sentenciando la suerte de Vélez y el destino de Tigre. Desde ahí fueron manotazos de ahogado siempre lejos del arco de Javier García, mientras se apagaban las luces del sueño de ser campeón por el barrio de Liniers.

Tal vez quedará la sensación de un semestre donde se escaparon los sueños de la Libertadores donde se batalló en demasía y donde el orgullo quedó una vez más en lo más alto. Quizás, el hincha se vaya dolido por un nuevo campeonato que quedó en el camino estando tan cerca. Pero si uno analiza los últimos cuatro años de Vélez debe sacarse el sombrero y comprender lo difícil que es coronar. No es para cualquiera y Vélez sumó dos títulos valiosos en tan poco tiempo entre ambos. Así y todo fue subcampeón, supo ser semifinalista de Libertadores y Sudamericana; como también llegar hasta lo último con chances. Basta ver el Promedio liderado por este equipo que viene de cuatro años de ser protagonista absoluto.

Felicitaciones a Tigre por el fútbol que profesa desde Arruabarrena y por demostrar que se puede estar con la soga al cuello con el promedio y tener un ideal de fútbol a la hora de salir al campo de juego. El fútbol premia a quien apuesta y esta campaña del Matador tiene mucho de eso.

Para Vélez quedará una última función. Será en Avellaneda. Será el cierre de un semestre que le dará paso a uno nuevo con variantes que se vislumbran, pero con el mismo corazón lleno de orgullo y sediento de gloria. Vélez siempre es Vélez.

Twitter: @martineta16