Buenos Aires, Sábado 9 de mayo de 2009.

(Prensa Vélez Sarsfield ? Estadio José Amalfitani)

En la semana previa, el juego dialéctico que se propuso desde allí tuvo poco eco pero resonante aquí. Mientras uno elevaba voces al son de tener la fórmula para neutralizar al otro; el otro devolvía el guante con la altura necesaria que debe tener cualquiera que se encuentre acá, en lo más alto del campeonato.

Porque si bien Caruso Lombardi, viejo lobo de batallas ásperas y aguerridas, propuso inquietar a Vélez tapando los poros donde respira su fútbol; Ricardo Gareca le dio un buen motivo para cambiar su discurso y preocuparse aún más por este Vélez, más allá de su motivador discurso.

Hoy, (como se dice comúnmente) con el diario del lunes (o domingo, en este caso), tuvieron razón los dos. Uno porque claramente le tapó el circuito de juego al otro y lo maniató hasta enloquecer para así dejarlo contra las cuerdas. El otro aferrado a su discurso que habló de las individualidades y de cómo se sintieran en la mismísima tarde de Liniers; se levantó de los golpes y a fuerza de corazón con grandes dosis de ese orgullo que lo caracteriza, se repuso de un partido pésimo y con grandeza arrancó gritos de gol que significaron el empate. Sin contar que hasta pudo ganarlo en la última del juego.

En el tablero de ajedrez quedaron igualados, aunque el hombre de campera negra tatuada, se haya llevado los honores de una partida que lo tenía en jaque y a punto de morder la lona. Pero ahí estaba Vélez. Este equipo que de la mano de Ricardo Gareca supo sacar a la luz lo mejor de sí, ponerse el traje de protagonista y salir a jugarse el todo por el todo por su único y primordial objetivo.

Porque pueden correr más que él, como lo hizo todo Racing que ahí estuvo su clave más allá de taparle la salida; pero sin embargo te va a dejar boquiabierto, mirando el cielo y preguntándote: ?¿Qué más se puede hacer para bajar a este Vélez??.

Porque este Vélez no se da por muerto ni aún muerto. Porque no le tenés que perdonar la vida, fijate si aún respira ya que va a sacar garras y agarrate, no tenés escapatoria. Porque tiene individualidades que hacen al grupo y un grupo que sabe sobresalir a las individualidades. Porque cuando no aparece el juego colectivo como esta tarde, porque el rival te marca con hambre y desesperación; se hacen presente los Otamendi, los Domínguez, los Zapata para justificar un invicto que lejos de ser una mochila muy pesada es la motivación perfecta y exacta que necesita este Vélez para seguir en lo más alto.

Porque se inyecta partido a partido sobredosis de confianza de la cual se retroalimenta durante toda la semana y se potencia fecha a fecha. Porque los rivales se desesperan buscando la fórmula para frenarlo y ante cada nueva reacción de Vélez caen con un mazazo en la cabeza desplomados sin respuestas.

Porque hay que mejorar, eso es algo que Ricardo Gareca remarca hasta el cansancio en cada nueva conferencia de prensa y este encuentro frente a Racing fue una clara muestra de esto que señala el entrenador. Quizás por nervios, tal vez por ansiedad ante un Amalfitani a reventar e ilusionado; sea lo que sea Vélez tiene que mejorar para que estos 13 partidos invicto sean 19, para que el sueño esté cada vez más cerca y sea una realidad.

Porque como hace quince días en Santa Fe, el orgullo golpea el pecho bien fuerte y se ensancha por la V que lo custodia. Porque este equipo está diseñado para estas hazañas, por más que su entrenador no resista y busque aire atendido en le banco de suplentes. Porque todos y cada uno de los que alientan y los que juegan hacen fuerza desde adentro para que la historia tenga un final feliz.

Orgullo de ir para el frente ante cualquier rival, en cualquier latitud. Algunos con su juego mezquino digno del Nacional B seguirán penando la falta de puntos y acosados por el fantasma del descenso que le moja las sábanas por las noches; mientras van a seguir hablando pavadas para justificarse.

Porque la gente lo despidió con un canto que le pone banda sonora a un nuevo capítulo de esta interminable historia:  porque los jugadores... te van a demostrar... que salen a ganar... quieren salir campeón... que lo llevan adentro... como lo llevo yo!!!!. Este Vélez, juega a lo grande, es gigante y sueña mucho más.

Carlos Alberto Martino.