Cada nuevo encuentro para Vélez en esto de crecer siempre es un desafío. La visita al Gigante de Arroyito sin lugar a dudas iba a ser uno de esos exámenes más exigentes, desde el contexto hasta la solidez del rival que se consolida fecha a fecha en un torneo donde presentó sus credenciales en la lucha.
Como las que presenta dia a dia el equipo de Miguel Russo para tratar de afianzarse en si formación, la de los pibes que se agolpan en el primer equipo dando mucho más que una mano al momento económico del club.
Tras la buena muestra de carácter del empate sobre la hora ante Tigre, en un encuentro degenerado en su esencia por los expulsados, las lesiones y el tiempo añadido. Pero fue una reacción al fin porque el equipo se repuso de un cero dos a un puñado de minutos del final.
El Fortín viajó a Rosario con la necesidad de sumar confianza y puntos. En ese orden, casi inalterable, casi como una consecuencia uno del otro.
Russo pensó una sola variante y fue en la verticalidad de la banda derecha que le podía aportar el juvenil Fabricio Alvarenga por Asad a quien sentó a su lado en el banco. En frente el Canalla de Coudet que casi sin quererlo pensaba mas en el clásico del próximo domingo que en este partido ante Vélez; asi lo demostró Caranta con la amarilla para purgar fechas o cuidarlo al Chelito Delgado.
Desde el vamos el local fue el que se puso la pilcha del protagonista del juego. Con sus intérpretes, Vélez jugó su rol pero lejos del arco de Manuel García a quien revolcó poco y nada. Central se arrimó al arco de Aguerre con remates desde afuera pero sin compromiso.
El complemento y sobretodo cerca del final mostró el molde del encuentro roto. La expulsión de Leandro Somoza contribuyó a la fractura del juego, porque lo plantó decididamente en su campo a intentar de contra. Lo tuvo tres veces Central pero se topó con la figura descollante de Alan Aguerre que tuvo tapadas de antología para mantener en cero su arco y con un Vélez que crecía en aferrarse a llevarse algo de su visita.
Lo tuvo Vélez. Primero en la cabeza de Caraglio que solo, vacío y pasado al segundo palo desvió un remate claro. Después en una contra sobre el final, Bella jugó entre líneas para Tripichio pero el pase fue largo.
Asi se encaminó todo al empate. Esa que no le disgustó para nada al local y menos a la visita. Un punto que tiene dos lecturas. Un punto que pone en evidencia la falta de ofensiva de Vélez, en la construcción de juego pensando en el arco rival; y por otro lado haberse retirado de pie de un encuentro difícil y con uno menos casi todo el segundo tiempo en un momento donde no se pueden desperdiciar puntos.