Pocas veces se va a presentar un encuentro tan abierto y con tantas chances para desnivelar. Ni siquiera en la previa podía imaginarse que tanto Vélez como Godoy Cruz tengan la capacidad para generarse tanto daño en un arco y el otro. Pero sin lugar a dudas, en medio de lo que fue un partidazo para los ojos ajenos, Vélez dejó escapar una chance de hacerse fuerte lejos del Amalfitani, condición que se le ha vuelto una tarea ardua en el presente, renovado y maltratado torneo de treinta equipos en la Argentina.

Sin variantes salvo la obligada por la lesión de Hernán Pellerano, Miguel Ángel Russo dispuso de los mismos otros diez hombres (ingresó Nico Tripichio por Fofi) para darle una continuidad al juego y a eso bueno que mostró el equipo recibiendo hace una semana a Arsenal en Liniers. La producción de aquel equipo más allá que fue ahogada por la paupérrima actuación de Delfino, convenció al técnico de una vuelta más, por eso en la visita al Malvinas Argentinas, Russo apostó a la continuidad.

Si analizamos en cuanto al juego, a Vélez le sigue costando la generación. No encuentra el circuito ante la ausencia de un conductor neto que rompa líenas y el molde, algo que consigue cuando Jorge Correa ingresa, tanto como ante los de Palermo como los minutos que jugó hoy ante los de Oldrá. Pero hay algo que demostró el Fortín y que convence... y casi en un juego de palabras, fue la convicción. De mitad de cancha hacia adelante, los de Russo mostraron una agresividad para atacar el arco rival tremenda, donde no faltaron las sitaciones para elevar el marcador rápido. Lo tuvo primero Rolón tras una gran asistencia de Pavone, pero el volante demoró un tiempo en acomodar el balón y estando mal pisado desperdició el remate. También lo tuvo el Keko Villalba que de izquierda hacia el centro mandó un derechazo que se estrelló en el travesaño de Rey moviendo los cimientos del Malvinas Argentinas. Así se acercaba Vélez que en el barullo del fondo del Tomba siempre se mostraba peligroso con un Pavone que aguantaba muy bien y un Caraglio que se las ingeniaba para llegar y asistir.

Pero lo que generaba arriba, Vélez lo sufría abajo. En un equipo largo, el Tomba apostó al principio con la velocidad de Kevin Mercado que se reiteró una y otra vez sobre Fabián Cubero, al que se le hacía casi una tarea imposible detener los avances del moreno. Casi siempre los pelotazos buscando a Leandro Fernández o a Jaime Ayoví dejaban en jaque al fondo velezano que salían a cortar lejos y dejando mucho terreno ante Aguerre. 

En una jugada del Vélez de los noventa, el Fortín encontró la ventaja. Bochazo largo para Caraglio que ganó en alto peinando el balón y dejando cara a cara con Rey a Pavone que controló y definió a un palo con una gran calidad de goleador. Los de Russo pegaron primero y en parte justificaban la ventaja.

Lo tuvo para empatar dos veces Fernández pero en ambas (la segunda muy clara) el remate se fue desvíado. Si bien terminó mejor el Tomba el primer acto, Vélez dio la sensación de tener el juego controlado.

El complemeno desde el arranque mostró que ninguno iba a respetarse. A los dos minutos, solo Pitana vio penal de Aguerre sobre Mercado y desde los doce pasos, Leandro Fernández tomó la falta. Un minuto más tarde, Aguerre se hacía gigante y volando al palo izquierdo contuvo el penal poniendo justicia en el fallo errático del juez. Pero Vélez le cedió demasiado el juego al local que comenzaba a buscar el arco. Fue entonces que en una jugada donde el fondo quedó mal parado y cuando no llegó a cerrar Cubero el balón le quedó servido a Fernández que se sacó la mufa del penal igualando el juego.

Ahí lo que parecía tranquilidad para Vélez fue volver a remar el marcador. Justo entraba Jorge Correa y Vélez ganaba en juego y conducción. Así fue que en una contra, recuperó Desábato en la mitad y soltó rápido para Coco que trasladó unos metros y habilitó en la izquierda a Caraglio, que una vez que pisó el área remató fuerte de zurda haciendo que Rey de un rebote largo que Pavone corrijió con un pase a la red. Otra vez el Fortín se ponía en ventaja nuevamente y podía ganar en tranqulidad.

Pero sin darse por vencido Oldrá mandó a campo a Garro y a Iván Bella, quienes le dieron un poco más de vértigo a su equipo y peligro. Una salida de Aguerre que chocó con Caraglio y su marca en un tiro libre frontal dejó el balón en rebote a la cabeza de Ayoví que mandó al fondo de la red el empate para el Tomba y dejando a Vélez sin reacción.

Pero en lo raro del encuentro, el Fortín tuvo una más. Una muy clara. Caraglio quedó solo cara a cara con Rodrigo Rey acompañado por dos compañeros suyos y remató a quema ropa con el arquero solo y el balón dio en el cuerpo del meta tapando una muy pero muy grande de llevar a Vélez la victoria tan esperada y necesitada.

Es parte del crecimiento de un fútbol que no espera, que no entiende de esperar y de sumar minutos sin resultados. Seguramente Vélez vaya por el camino correcto, pero solo se sabrá con el tiempo, el que siempre termina poniendo todo en su lugar.

El encuentro terminó en empate y pudo ser algo más. Pero Vélez se mostró endeble en el fondo y pudo haberlo pagado aún más caro. El triunfo estuvo ahí, pero lo más importante, es que Vélez fue a buscarlo, con aciertos y errores... pero fue a buscarlo.