La hostilidad, la inclemencia y lo desapacible del clima no resultaron obstáculo para que cerca de 230 personas se reunieran en el Quincho del Polideportivo para disfrutar del Asado de Camaradería organizado por el Círculo El Fortín.

 

Mientras las brasas crepitaban en las variadas parrillas ubicadas bajo la autopista, los comensales, entre los que resaltaban las figuras del Presidente Fernando Raffaini, el Vicepresidente Julio Baldomar, el Prosecretario Osvaldo Lucente, el ex Presidente Raúl Gamez, y los actuales directivos Osvaldo Sopranzi, Marcelo Cilotta, Walter Fernández y Carlos Maceira entre otros se deleitaban con el copioso menú que incluyó chorizos, asado, vacío, y helado como postre final.

 

El convite, ameno, distendido y con Vélez como tema recurrente de conversación, se extendió desde las 13 hasta promediando las 18 hs, lapso que permite reafirmar el éxito del mismo. Presentes en otro sector del Polideportivo, también degustando carne argenta, se pudo apreciar a ex figuras futbolísticas protagónicas de la historia velezana como Mauricio Pellegrino, Carlos Compagnucci, Pablo Cavallero y el profesor Macaya, quienes promediando la tarde se arrimaron al Quincho y saludaron atentamente a todos los asistentes.

 

Las máximas autoridades de esta señera Agrupación, Guillermo Pizzoglio, Adolfo Chutchurru, Gustavo Amoruso, Rogelio Peirano, Marcelo Zésare y una nómina que sería engorroso mencionar, no solo fueron amables y cordiales anfitriones sino también tuvieron a su cargo la atención de las largas mesas que abarrotaban el coqueto recinto.

 

Coincidiendo con el brindis de despedida, el titular del Círculo, Guillermo Pizzoglio, expresó su agradecimiento hacia todos los colaboradores en el armado del evento,  elogió el esfuerzo y el trabajo efectuado por la Comisión Directiva del Club durante este período, y cerró su disertación con el deseo de victorias y logros para el semestre que se avecina cosechando el aplauso de la nutrida concurrencia que previamente había escuchado las palabras del Dr. Raffaini.

 

Regresé a casa pipón, satisfecho. Mi esposa, al observar el volumen de mi abdomen me espetó sin anestesia, ?Esta noche no hay cena?, a lo que como siempre agregué con delicadeza, ?Está bien mi amor?.

 

Gabriel Martínez.