Fútbol Amateur

Cavallero cara a cara con los pibes

El Mánager del Fútbol Profesional, Pablo Cavallero, brindó una gran charla dirigida a los jóvenes de la pensión, este viernes por la noche. El ex arquero de Vélez y la Selección Argentina se explayó sobre sus vivencias como futbolista y dejó como legado un montón de consejos para los jugadores de la cantera.

Sobrio, humilde, sin rastros de demagogia. Pablo Cavallero acaparó la atención de más de 35 jóvenes y siempre con un mensaje unívoco: Narrar sus experiencia como futbolista pero también templarles el ánimo y convencerlos de que todo esfuerzo vale la pena en pos de ser jugadores profesionales.

En una acertada decisión del Departamento de Fútbol Amateur, de acercar a los chicos de la pensión con distintas figuras de la historia del club, este viernes se inauguró el ciclo con la presencia del Mánager de la institución. Y por espacio de una hora y cuarto, el ex arquero de Vélez, Unión, la Selección Argentina, Español de Barcelona, Celta de Vigo, Levante y Peñarol; ofreció una rica charla abierta donde los juveniles también le hicieron sus preguntas.

Cavallero comenzó haciendo un racconto de su vida y los orígenes en el deporte. Recordó la figura de su padre, Oscar, entrenador de fútbol, y la presión a la que era sometido por su progenitor. "Yo de chico tenía dos mochilas que me puse: Primero la mía, lo que yo quería ser y luego la de mi viejo que siempre me ponía la vara alta. Debo reconocer que a veces me pesaron ambas".

El guardameta nacido en 1974 dijo que la primera vez que visitó un psicólogo fue a los 28 años, pero de haber tenido la chance de ir cuando era más chico "ni lo hubiera dudado porque considero que hubiera sido mejor arquero de lo que fui". Instó a que los jóvenes culminen sus estudios: "Es importante estudiar y jugar. La exigencia se mantiene con la cabeza y para eso hay que prestar atención y estar preparado. No tengo dudas que estudiar te hace mejor futbolista".

El recuerdo de José Luis Chilavert no podía estar ausente. Cavallero aseguró que siendo suplente del guardameta guaraní, aprendió de todo, "desde cómo atarse los botines hasta ver cómo le hablaba de cualquier otro tema a los utileros, de qué manera se dirgía a nosotros sus compañeros, etc.".

El entrenamiento y la necesidad imperiosa de cuidarse y no dejarse caer ante la adversidad, fue otro de los puntos analizados por Cavallero. Por casa, las ganas de perfeccionarse bajo los tres palos: " Al ser petiso me pidiieron que luchara cada pelota como si fuera la final y haciendo 400 saltos por día, logré la flexibilidad de piernas que tuve". Añadió la constancia y la responsablidad con la que Mauricio Pellegrino encaró el tramo final de su formación: "Lo veía en la pensión. Se había comprado una pelota para practicar contra el frontón con la pierna no hábil. Hay que aprovechar cada segundo, buscar ser mejor todo el tiempo".

Destacó que el futbolista debe cuidarse de la misma manera estando en su mejor momento o cuando directamente no juega. Pablo Cavallero remarcó con énfasis la frase "si quiero, puedo", incluso en momentos de flaqueza emocional donde no ser citado para jugar puede ser un duro revés, o bien tras una lesión; es en esas circunstancias donde la fe en continuar por el camino correcto, de aprender y escuchar a cada paso, de superarse en la adversidad, resultará vital. 

Con suma atención, haciendo amplia la ronda de mates, los jóvenes pensionados aprovecharon cada segundo de la charla. Le preguntaron por sus ídolos, referemtes, al ex arquero de la Selección Argentina en los Mundiales 1998 y 2002, sus dudas, alegrías y también por Gabriel Heinze, a quien Cavallero definió como una "persona espectacular, ojalá podamos aprovecharlo mucho porque tiene una amplio recorrido en el fútbol".

Para finalizar, Cavallero agradeció ser invitado y arengó a los jóvenes a perseguir sus sueños. La foto grupal que encabeza esta nota, sirve de ejemplo para describir lo vivido anoche en el salón bajo confitería.