Solamente 15 años más grande pero ni más ''viejo'' -en el sentido peyorativo del término- y mucho menos cansado lo encuentra el paso del tiempo a Mariano Pizzoglio. A sus 37 años recién cumplidos, le exige a su grupo de trabajo con la misma intensidad que mostró en su arribo al Fortín allá por el año 2000. Le pide más a los Juveniles de las Categorías 1995 y 1996, por caso Emmanuel Lucero o Fabricio Alvarenga, como lo hacía con la ´81 de Mariano Uglessich, Leandro Somoza o Roberton Nanni.

Su hablar veloz pero claro baja la directivas y cuando algún ''retobado'' desoye, su potente vozarrón se impone. ''Son edades difíciles las que uno encuentra en Cuarta División pero siempre nos terminan agradeciendo el trabajo que hacemos para formarlos. Por caso el Ruso, Lea y el Flaco, quieren que algún día sea su Profe cuando se larguen a dirigir'', cuenta Pizzoglio. Sin duda alguna, el salto en el tiempo lo encuentra más vigente que nunca.

-Pasa en la Primera y sucede también en Juveniles: muy pocas veces, desde lo físico, Vélez pierde un partido. Imagino que en algo tendrán que ver ustedes los Profes de Inferiores...

-Agradezco lo que decís pero esto es un grupo de trabajo y es a largo plazo, de muchos años. Cuando yo llegué al club, allá por el año 2000, estaba diseñado el trabajo de Gustavo Otero (N de R: actual PF de Julio Falcioni) y nos sumamos con Guido Thompson para también incorporar lo nuestro. Mismo el Departamento de Evaluación y Estadística que llevamos adelante con Damián Lanatta y la tarea que desarrollamos con el resto de los Profes. Si bien siempre se habla de nuestra labor, esto es un trabajo en conjunto con los Coordinadores y Directores Técnicos.

 

-¿Cuánto cambió la Preparación Física desde que empezaste a trabajar al día de hoy?

-Cambió muchísimo. Tiende a ser cada vez más una preparación integral, que la pelota participe todo el tiempo en el entrenamiento y buscando indicaciones más específicas. Uno lo que busca, en el poco tiempo que tiene con los jugadores, es integrar lo físico a los técnico-táctico tratando de trabajar con los esquemas que utilizarán los Entrenadores.

 

-La incorporación de la tecnología debe ser uno de esos cambios...

-Hace cinco años que en Inferiores trabajamos con GPS para medir distancias, intensidades y recorridos. Tratamos de adaptarnos a la mayor cantidad de tecnología como el análisis de videos para ver dónde reciben la pelota y dónde la pierden y demás cuestiones. Desde lo que podemos la usamos, pero destinar un alto costo a tecnología en Juveniles, es difícil.

 

-Este año volvieron a trabajar mancomunadamente la Primera con Cuarta y Reserva, ¿cómo coordinás junto al Profe Cinquetti los lineamientos para trabajar con los chicos?

-Con Guillermo nos conocemos de hace tiempo, dado que participé como segundo Profe del Cuerpo Técnico cuando Miguel Russo vino a Vélez en 2005. Ahora en su vuelta, me preguntaron cuál era la metodología que veníamos desarrollando con los chicos y en función de lo que necesiten, y entendiendo que la necesidad básica es pulir y buscar la adaptación del joven a Primera, vamos progresando. De todas formas hay que resaltar que todo lleva su tiempo porque lo que brindan los chicos en Inferiores no se traslada rápidamente a Profesionales.

 

-Es lo que más se cuestiona, no solo en Vélez, sino en el fútbol argentino. Y puntualmente en el club, la necesidad de sacar jugadores que muchas veces llegan temprano a Primera sin pasar por Reserva o con pocos partidos.

-Uno intenta que el salto de Juveniles a Primera sea lo menos traumático y que se adapte lo más rápido posible cuando cruzan la calle. Después pasa por lo individual, algunos llegan más maduros y no tiene que ver con la edad cronológica sino con un desarrollo a nivel personal: En el caso de Nicolás Delgadillo, por ejemplo se adaptó muy rápido pero tenemos valores que se irán adaptando muy bien con el tiempo.

 

-¿Resulta fácil entablar pautas de trabajo con todos los Profes de Cuarta a Novena?

-No es difícil. Los patrones biológicos son los mismos para todos porque no podemos discernir lo que es un entrenamiento metabólico o neuromuscular. Bajamos una línea y sabemos los procesos evolutivos, de maduración, desarrollo y crecimiento del jugador. Sí podemos variar en la metodología propia de cada División, pero lo que no se discute es lo que hay que hacer según la edad de los jugadores. Más allá de los dispositivos técnico-tácticos, nosotros sabemos a qué edad deben comenzar a levantar pesas, cuando empezar con los trabajos metabólicos de alta intensidad, qué Divisiones deben trabajar de manera más general y así. Además hay que tener en cuenta que los Profes que trabajamos en Vélez hace rato nos conocemos  y lo que hacemos continuamente son charlas bimestrales para ver en qué se puede mejorar. Creo que para nosotros es más fácil que para los Entrenadores que pueden discernir si es mejor defender con cuatro o tres jugadores, atacar por banda o por adentro, si los pases deben ser más verticales, etcétera. Lo nuestro es más simple porque lo rigen los patrones biológicos.

Responsable de poner a punto la máquina, Mariano Pizzoglio sabe mejor que nadie que en Vélez trabajan para que la capacidad física del fútbolista de Inferiores se lo más cercana a lo que requiere la Primera. Convencer de esto al Juvenil, estarles encima, es lo que más cuesta. Y por eso destaca: ''Guille Morigi le transmite a los chicos que trabajen con la mayor intensidad posible para que sea vea luego cuando juegan; es la famosa frase ‘’cansate los días de semana para no cansarte sábado o domingo''. Y a partir de ahí buscamos un jugador no solo resistente sino explosivo y potente, a mí entender la valencia más importante del futbolista en relación a sus condiciones técnico-tácticas''.