Con el envión anímico que significa haber conquistado la Supercopa Internacional, Vélez volvió al Estadio José Amalfitani para reencontrarse con su gente y empezar con el pie derecho el Torneo Clausura. Fue triunfo por 2 a 1 ante Tigre, en una noche que combinó fútbol, variadas emociones y festejo.

El Fortín resolvió el partido en el cierre de la primera mitad, con una ráfaga letal, luego de un mejor trato de pelota por parte de Tigre en gran parte de los 45 iniciales. El 1-0 llegó tras una gran jugada individual de Imanol Machuca, que se abrió paso a pura gambeta y velocidad por izquierda y sacó un preciso centro atrás para que Tomás Galván, entrando en velocidad y de zurda, al igual que la semana pasada en Avellaneda, abriera el marcador.

Enseguida, una nueva aceleración de Machuca generó una jugada colectiva que tuvo a Maher Carrizo y Braian Romero como protagonistas. El delantero volvió a ser asistidor desde el fondo, como en la final ante Estudiantes, pero esta vez fue el propio Machuca quien definió para el 2-0.

En el complemento, Tigre intentó acortar la diferencia, pero se encontró con un Vélez sólido en defensa y listo para salir de contra. A falta de pocos minutos para el final, el visitante sufrió la expulsión de Arias por una infracción sobre Romero, que se escapaba mano a mano. Pese a ese golpe, Tigre logró descontar desde los doce pasos con un remate de Diego Sosa. Sin embargo, no alcanzó.

Vélez aguantó, cerró el partido y celebró. No solo por el estreno con victoria en el Clausura, sino también por la oportunidad de compartir con su gente la reciente conquista internacional. En casa, con su gente, y con el espíritu bien en alto: el Fortín arrancó el nuevo torneo como quería.