Vélez se quedó con el triunfo en el primero de los encuentros ante River y esa es la primera buena noticia. La mala es que tuve varias situaciones claras de gol para cerrar la serie y viajar al Monumental con mayor amplitud en el resultado.

El objetivo se cumplió y los tres puntos quedaron en casa, aunque tal vez, ni el más optimista de los hinchas, soñó un segundo tiempo tan claro para el equipo del Cacique Medina y con tantas chances desaprovechadas y salvadas por Armani.

La noche tuvo un imponente marco, acorde al calibre de un encuentro lleno de historia y por los Octavos de Final de Copa Libertadores. El hincha de dijo: "presente" y acompaño al equipo en una instancia clave.

El primer tiempo mostró un arranque favorable a la visita, que manejó la pelota y el trámite, apoyado en el buen pie de sus intérpretes mas determinantes y al Fortín le costó mucho llevar el trámite a terreno rival.

Fue un tiempo de mucha dinámica, pierna fuerte y atención en las marcas, porque la presión de River complicó con algunas llegadas de media distancia; pero el desarrollo se revirtió a los 15 minutos, con el penal cometido a Lucas Janson, que el propio delantero cambió por gol y provocó la emoción máxima de la jornada. Explotó el Amalfitani. Ventaja para el festejo de todos.

El siguiente cuarto de hora fue lo mejor para el local en la etapa, porque el MIllonario sintió el impacto anímico del tanto. Ese tiempo le sirvió al Fortín para salir unos metros y generar alguna complicación al fondo visitante, aunque sin mucha claridad.

El complemento fue una continuidad del epílogo del primer tiempo, pero pese a la vocación ofensiva propuesta por los de Gallardo, el despliegue y la entrega de cada jugador del Fortín prevalecieron para que las ocasiones visitantes ante el arco del mendocino fueran casi nulas.

El correr de los minutos y las repetidas recuperaciones en campo propio permitieron a Vélez se sentirse más cómodo retrasado y apostando a capitalizar de contra los huecos que dejó River en el fondo. La última media hora fue una invitación a buscar el segundo tanto, porque aparecieron los espacios y las oportunidades.

Primero lo tuvo Lucas Pratto, que definió apurado ante la salida de Armani, después se lo anularon a Janson por offside y en el final Abiel Osorio, que entró para exigir con su potencia física, lo tuvo tres veces en sus pies, pero las intervenciones del arquero y el travesaño, le privaron al Tanque vivir su noche soñada y al equipo de ir a Núñez con la diferencia que mereció.

Más allá del resultado, el hincha reconoció la entrega, actitud y compromiso de un equipo que jamás dio por perdida una pelota y que luchó en cada rincón de la cancha para quedarse con el primer encuentro de la serie, que tal vez haya sido escaso en el marcador, pero que sirve para ir con ventaja a la revancha, sabiendo que dos de los tres resultados posibles lo favorecen.

Actuación para el aplauso, tal vez la mejor en lo que va del año, justo en el momento que más se necesitó. Y con performances individuales sobresalientes, como las de Nicolás Garayalde, incansable en la recuperación y distribución, y de Leonardo Jara, impasable desde su banda, con recuperación y vocación ofensiva.

El próximo miércoles en el Monumental, Vélez irá por la clasificación ante un rival de fuste, pero con la ilusión intacta de soñar con la clasificación. ¡Ojalá así sea Fortín!