Subcomisión del Hincha

Gilda y Adrián, eternos

La Subcomisión del Hincha estrenó un fabuloso mural frente al Polideportivo. Allí, con impecable precisión, fueron pintados los rostros de Gilda y Adrián Otero, dos reconocidos cantantes que en vida supieron llevar con orgullo su amor por Vélez.

Rostros eternos y camisetas de regalo. Así fueron recibidos Laura y Julián en el homenaje a sus seres queridos.

Juan B. Justo y Elpidio González. El Horizonte más próximo desde esa esquina, es el frente del Polideportivo. Y hacia la derecha, el Estadio José Amalfitani. Sin dudas que es un espacio bien arraigado con el sentir velezano, lo cual lo hace óptimo para reflejar en una de sus paredes, el mural que desde ayer se emplaza en esa ochava.

Adrián Otero y Gilda descansan en paz y perduran en gran parte del pueblo que los ama. Como artistas populares, su música supo penetrar en cada persona que escuchó, bailó y cantó sus temas sin distinción de clase social. Ambos son nacidos y criados con el amor hacia Vélez como bandera, es decir son hinchas por más que ya no están entre nosotros. Con la iniciativa impulsada por la Subcomisión del Hincha de reflejar en un muro a los artistas populares Fortineros, surgió un motivo más para verlos inmortalizados en una estupenda obra de arte de 8 metros de ancho por 3 de largo.

La idea craneada por la SCH, se materalizó con los más de 500 bonos vendidos entre socios e hinchas, fondos suficientes para costear el trabajo realizado. Restaba saber en qué lugar quedaría reflejado, y luego de recorrer el barrio y adyacencias, dieron con que la esquina frente al Poli era la ideal.

Para Laura Cebrian, prima de la querida cantante, lo vivido ayer despierta un enorme orgullo en su familia: "La verdad que es un mimo hermoso para nosotros. Nunca nos deja de sorprender que luego de 24 años del accidente, se sigan haciendo este tipo de manifestaciones de amor. Nos llena el alma que Vélez haya realizado todo esto y cada vez que pase por acá me voy a emocionar al verla".

La mamá de Laura era prima hermana de Gilda y a su vez, la madrina de Fabricio, el hijo menor de la vocalista. "Fue difícil vivir el duelo personal, familiar y público, porque ella era muy conocida. Siempre el 7 de septiembre será especial para nosotros y cada una de las tantas personas que la amaban", enuncia con cierto dejó de nostalgia.

El barrio de Devoto, cuenta, supo albergar como vecina a la cantante y su familia que incluso hoy, allí vive. Su ascendente carrera comenzó a cobrar impulso a partir de la década del 90 y en 1996, su trágica muerte luego de un accidente en la Ruta 12 cuando se encontraba en un ómnibus rumbo a la Provincia de Entre Ríos, también se cobró la vida de la mamá de Gilda y de su hija mayor. Pese a la tan inolvidable como triste noticia, aquel suceso selló el digno reconocimiento post mortem que solamente envuelve y consagra a los grandes como Gilda, quien tiempo antes de partir, supo trasladar a sus hijos el amor que sentía por Vélez, al igual que su ex marido, Raúl Cagnin.

"Gilda era pura ternura y amor, por eso agradezco que el Club del cual era hincha haya tenido este gesto inolvidable", subrayó Laura.

En el caso de Adrián Otero, aún más reconocido fanático del Fortín, su popularidad se dio en otro marco más allá que luego de su deceso también continuó encumbrándose. Nacido en Mataderos, siempre siguió de cerca los destinos del primer equipo. En 1994, cuando los dirigidos por Carlos Bianchi tocaron el cielo con las manos en Japón, él y los integrantes de Memphis La Blusera, tenían su debut en la calle Corrientes para hacer, por primera vez, un Gran Rex.

"Mi viejo siempre estuvo cerca del Club. Fue representante de socios, se paraba en la puerta de la sede y hablaba con todos. Amaba Vélez y ese amor me lo transmitió a mí y yo a mis hijos, Juan y Catalina", reafirma Julián Otero de 30 años, quién además fue el baterista de Adrián en la presentación que hizo el día de la Fiesta del Centenario, cuando el cantante hizo vibrar al Amalfitani.

Quien presenta un gran parecido rostro a su progenitor, destacó: "Hoy pasé temprano y la verdad me emocionó bastante ver el mural, está muy bien logrado y pronto pasaré con mis hijos por acá para que vean la hermosa imagen de su abuelo, a quien lamentablemente no llegaron a conocer".

Por esas fatídicas circunstancias del destino, el creador de "Montón de Nada" y tantos hits, también falleció en otro trágico accidente vehicular el 12 de junio de 2012, a los 53 años. El deceso de Gilda fue a sus 35 abriles. Si bien todo Vélez siente orgullo de tenerlos como celebridades, la bronca de haberlos despedido tan jóvenes quedará por siempre. Pero también su mural, digna obra de arte para enmarcar quiénes fueron, porque la memoria colectiva jamás olvidará a quiénes brindaron alegría desde su letras y canciones. 

"Vélez inculca unos valores enormes para la vida, los mismos que mi papá me transmitió a mí. Agradezco enormemente este gesto de la Subcomisión del Hincha", comentó Julián.