Vitalicios

Castromán, un amor de ida y vuelta

Para agasajar a los Vitalicios que cumplieron años en los últimos tres meses de 2018, Lucas Castromán fue un anfitrión de lujo. Agradecido de por vida al Club que lo formó, el jugador todoterreno repasó su vida y dejó fluir la emoción que lo embargaba por volver a su casa.

Lucas Castromán se lució en el encuentro junto a los Socios Vitalicios.

Antes del encuentro con el invitado, la jornada comenzó 18:30 para los agasajados. El Departamento de Vitalicios había dispuesto que aquellos Socios que cumplieran años en los pasados meses de octubre, noviembre y diciembre, se sacarían una foto grupal en el campo de juego del José Amalfitani. Y así sucedió, volviéndose un momento inolvidable para quienes nunca habían pisado semejante gramilla.

Envueltos en emoción, todos sintieron una adrenalina especial de poder estar sobre el escenario donde actuaron los grandes futbolistas que hicieron historia. Algunos marcaban los sectores por los cuales transitaba el cordobés Daniel Willington, otros evocaban las picardías de Carone y los goles de Bianchi, y los más jóvenes remitían a la epoca de los noventa, con remembranzas sobre las atajadas de Chilavert o alguna que otra gambeta del Turu Flores.

Vitalicios.

Tras esta novedosa e inédita acción llegó el turno de recibir al invitado. La sonrisa que se le dibujó en su rostro -y mantuvo durante toda la velada- al ingresar al Salón VIP del Tercer Piso, fue suficiente para saber dónde estaba. Rodeado por más de 200 Socios Vitalicios, Lucas Martín Castromán se despachó con un buen número de anécdotas: desde Marcelo Bielsa hasta el gol a Boca en 2005, pasando por los títulos logrados y la vuelta que no pudo ser. De todo habló el versátil mediocampista devenido en delantero. Un hijo pródigo de la casa, feliz y emocionado entre los suyos.

"Estos eventos tienen un plus por lo que significa el Socio Vitalicio para Vélez. Y más aún cuando hoy tenemos un invitado del tenor de Lucas, que siempre está disponible para lo que la Institución demande", comenzó diciendo Diego González, Vicepresidente 1° del Club. Acto seguido, el Presidente de Vitalicios, Jorge Grinstein, agradeció encarecidamente la presencia y la paciencia de quienes concurrieron al Salón VIP del Tercer Piso en una jornada de alta temperatura, sobre todo para los miembros de la tercera edad.

Al igual que la última visita de Matías Vargas al recinto de los Vitalicios, la presencia de Castroman fue en carácter de sorpresa y recién se develó la incógnita de quién sería el invitado cuando Lucas ingresó junto a su mujer y sus dos hijos. El Periodista Álvaro Norro fue el encargado de mediar entre el público y el ex jugador, conformando un idilio que fue en ascenso al calor de preguntas y respuestas.

"Llegué en Octava División y tuve la suerte que me dirija Salvador ´Toto´ Calvanese; fue el unico entrenador que me dirigió en Inferiores hasta que Marcelo Bielsa me subió a Primera. Viajaba de Luján al Polideportivo, 4.45 me levantaba y tomaba el colectivo o el tren, dependiendo dónde me pudiera colar. No siempre se podía pero 7.15 estaba en Vélez. Entrenaba y al mediodía emprendía la vuelta porque tenía que ir al colegio industrial donde cursé el secundario. Era muy desgastante porque a veces tenía el contraturno y me acostaba muy tarde. Fue duro, pero valió la pena", dijo Lucas entre lágrimas recordando lo complejo de aquellos años.

También tuvo palabras para Bielsa y la importancia que cobró en su vida: "Marcelo fue gigante, me marcó mucho. A todos. Su rol en el Clausura 98 fue determinante y me acuerdo que cuando me citó a la Selección, me mostró el video de un partido mío jugando para la Lazio contra el Besiktas de Turquía. Lejos, día de lluvia, no había gente, era un encuentro poco importante. Y yo jugué los 90 minutos pero ni me acordaba. Me mostró el vídeo y me dijo ´a usted lo cito porque si jugó como lo hizo aquel día, con ese hambre, sin público, sin que le paguen y bajo la lluvia, usted tiene que estar en la Selección´''.

La educación fue un pilar insustituible para edificar a su persona. Agradecido a la formación de sus padres y del colegio industrial -"hago trabajos de electricidad, plomería, me las arreglo con todo"; Castroman remarcó que es muy feliz junto a los suyos y que el presente lo encuentra trabajando fuera del fútbol incluso en la Santería que hace más de 50 años su familia tiene en Luján. 

Dueño de un gran vocabulario para expresar sus emociones, se encargó de refrozar cada anécdota de su paso por Vélez con lujo de detalles. Su pujante aporte en la obtención del torneo del '98, mucho más maduro lo encontró el 2005 -a su vuelta de Europa- cuando con 26 años fue una de las piezas claves del Clausura que terminó conquistado Vélez. Aquel certamen con Miguel Ángel Russo como entrenador, donde su talento explotó en cantidades desde el banco primero y luego, ya como titular en una posición (delantero) que no era con la que asomó a Primera y por la que más tarde fue transferido a la Lazio.

Castromán pasó por Vitalicios y fue un agasajado más para celebrar los natalicios de los socios que nacieron en octubre, noviembre y diciembre. Un hombre de la casa, agradecido y siempre dispuesto para dar una mano con los que menos tienen, dejó su marca. Como aquella que imprimía por las bandas en su época de jugador, pero ahora para entablar un amor de ida y vuelta junto a quienes disfrutaron de su grata presencia.

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Castromán, un amor de ida y vuelta

Castromán, un amor de ida y vuelta

Imágenes de los festejos de cumpleaños múltiples de los socios vitalicios junto a Lucas Castromán.