Vitalicios

“Vélez nunca me abandonó”

La Subcomisión de Vitalicios ofreció otra gran velada para agasajar a sus socios que cumplieron años en los meses de enero, febrero y marzo. Este miércoles, en el tercer piso de la sede, Marcelo Bravo fue el invitado y regaló una gran charla donde habló de todo recalcando siempre su amor por Vélez.

Marcelo Bravo ofreció un gran ida y vuelta con los socios vitalicios. El Indio, una vez más, dejó fluir su amor por Vélez.
Por Diego Guitian

La soltura de su ida y vuelta por la banda izquierda, calidad y sacrificio mediante, lo volvieron un jugador completo. Con tan solo 20 años conquistó el corazón del hincha velezano. 56 partidos con la V en su pecho, inflado de amor por el club que lo vio nacer. Pasa el tiempo y nadie se acostumbra a no verlo brillar en el rectángulo. Él tampoco lo acepta, pero otra no queda. Hace ya 10 años cambió la camiseta de Vélez por el buzo de Entrenador y mal no le está yendo. Pero algo le falta con el dolor de no poder alcanzarlo. Justamente su corazón, que colapsa de amor fortinero, lo dejó sin esa miel que supo probar y tan bien sabía. 

''Una vez que arranqué, mi sueño era jugar en la primera de Vélez. Y cuando pude alcanzarlo, comprobé que era lo máximo, porque Vélez es mi segunda casa y nunca me abandonó, jamás me dejó solo'', contó ante más de 100 socios vitalicios, Marcelo Bravo. El Indio regaló una ida y vuelta con los presentes, digno de sus tiempos de volante izquierdo. Respondió y dejó enseñanzas y también recogió consejos, como cuando un socio le dijo: ''vos no terminaste una etapa cuando dejaste de jugar, abriste otra que es ejemplo y lucha para los chicos que dirigís''.

Como ya es costumbre, la charla fue moderada por el Periodista Carlos Cárrega, quien fue guiando de manera locuaz la vivencias del Indio. Los temas tratados fueron varios, pero básicamente la hipertrofia cardiovascular que le descubrieron en el 2005, el eje de la plática. ''Hoy está recontra asumido pero me costó muchísimo cuando me enteré. Y me dolió más porque no tuve un solo síntoma. Debo ser justo, así como mi sueño de seguir jugando no se pudo cumplir, los Médicos me salvaron la vida porque vaya  a saber uno si podía tener un percance mayor'', reconoció Marcelo, hoy Entrenador de la Prenovena en Fútbol Infantil, etapa en la que ya dio varias vueltas olímpicas, entre ellas, el campeonato logrado en diciembre pasado cuando condujo al título a la Categoría 2001 de AFA.

''A Vélez me trajo el papá de Walter Alcaraz. Yo tenía cinco años y jugaba al baby en Lomas de Zámora. Allí me vio Oscar, en un partido con contra su equipo. Ganamos 13-0 y yo hice todos los goles. Le preguntó a mi viejo si quiería lllevarme a Vélez y ahí empezó la historia. Hice todas las Divisiones con la Categoría 1985 y debuté en Primera en 2003. Luego vino la etapa de afianzarse y el campeonato del 2005 con Miguel Russo que nunca me lo voy a olvidar'', rememoraba Bravo para luego dar paso a una confesión que estremeció a todos los vitaliciones presentes.

''Mi último partido lo jugué en La Plata ante Gimnasia, ganamos 6-0 y yo hice un gol. Fue mi mejor actuación. Recuerdo que fue un sábado, porque el domingo mi mamá compró todos los diarios y varios catalogaron mi actuación con un 10. Resultó felicidad plena, porque el lunes me enteré de mi enfermedad y ahí se terminó todo'', contó el zurdo para luego rematar con un ''nunca más volví a ver ese partido hasta hace cuatro meses que le pedí a Beto Maceira que me consiga el dvd. Solo en mi casa, llorando, volví a ver esos 90 minutos''. La emoción que despertó y alguna lágrimaba suelta dando vueltas, enmarcaron un relato único. Los aplausos que luego siguieron, su mejor cierre.

Acompañados por los directivos Guillermo Pizzoglio y el Presidente de la Subcomsión, Gabriel González, los vitalicios que cumplieron años en los primeros tres meses del 2015, disfrutaron de una velada única. Un ágape con empanadas y gaseosas, sorteos y la difusión de varias propuestas culturales que ofrece la Subcomisión, sirvieron para vivir ameno encuentro. Marcelo Bravo regaló su cálida presencia y charló con ellos. Les contó que sus objetivos son dirigir en el Fútbol Juvenil para luego llegar a Primera ''porque quiero devolverle a Vélez una parte de todo lo que me dio''. Ojalá, Indio, tu historia con El Fortín nunca dejó de escribirse y más aún, le quedan varios capítulos por delante.