Como cada mes celebrando los natalacios de sus socios, el Departamento de Vitalicios agasajó a los cumpleañeros de los meses de abril y mayo. Y en esta ocasión, Fernando Pandolfi brindó un gran testimonio donde dejó fluir su impronta a pura sensibilidad hablando de Vélez Sarsfield. ''Este club es mi escuela, es mi casa'' soltó el Rifle y de inmediato rompió en un llanto que emocionó a todos los presentes.
''Es un bicho raro el Rifle'', se escuchó tantas veces. Raro por qué y para quién, es la pregunta. Será que su forma de ser, desaprensiva aunque respetuosa, tan rebelde pero modigerada con la madurez que otorgan los años, y exenta de protocolos absurdos, rompe con aquellos que para cada presentación ofrecen una careta distinta. El Rifle apunta y dispara sin ambages para la ocasión. De ''el entorno del fútbol es una mierda'' para dar cuenta de su temprano retiro de la alta competencia, a ''soy un desastre, no puedo ser ejemplo para ningún chico'', cuando se le pregunta por qué no se consagra a la docencia dentro de un deporte que tan bien supo practicar. Será un ''bicho raro'', pero de los buenos y necesarios en todo sentido.
En poco más de 45 minutos, el jueves 10 de julio de 2014, quedará como el día en que Pandolfi lloró para evocar qué signifca Vélez Sarsfield en su vida. Pero antes del quiebre ante más de 70 Socios Vitalicios, hubo tiempo para repasar su carrera llena de anécdotas y momentos que el mismo protagonista se encargo de hacer emotivos.
Sus comienzos en el fútbol después probarse y quedar en Vélez con edad de Octava, pero dejar el club para volver con edad de Sexta y bancarse ser suplente. ''En el 93 muchos chicos de mi categoría (1974) ya entrenaban con Primera y a mi se me abrió un hueco para jugar en Cuarta, me fue muy bien y Carlos Bianchi me llamó para hacer la Pretemporada'', argumentó. Llegó el debut en aquel Apertura 93 que culminó con sus cuatro fechas finales en 1994 y nunca más dejó de integrar el primer equipo. Las enseñanzas de Bianchi que ''fue como un padre para mi'', el estilo de juego de Osvaldo Piazza ''con quien desplegamos nuestro mejor fútbol'' y la oportunidad de cruzarse en el camino de Marcelo Bielsa, ''un adelantado que revolucionó todo''; el recuerdo del Rifle para con los Técnicos que más lo marcaron.
Ante la pregunta sobre cuál fue el gol que más disfrutó, la respuesta caía de madura. ''El de chilena a San Lorenzo en el Apertura 95, por lo que nos jugábamos, y el de tiro libre a Rosario Central por afuera de la barrera en el Clausura 98'', espetó, pero una nota al pie de página también fue necesaria. ''Los goles que más gritás no son los que vos hacés, por eso celebré mucho el de Chilavert a Burgos desde mitad de cancha y el penal de Tito Pompei en el Morumbí''.
Su estilo desfachatado y atrevido para pisar la pelota, se corresponde con su forma de ser. Desacartonado para hablar, levantó sonrisas del público presente con esa impronta rockera que muestra al desenvolverse. Se dejó llevar el Rifle. Incluso siendo un hombre introvertido públicamente, se mostró a gusto con el auditorio y las anécdotas siguieron sucediéndose.
Hasta que en el momento menos esperado, la pregunta de Carlos Cárrega, conductor del evento, lo paralizó. ''¿Qué significa Vélez en mi vida? Es mi escuela, mi casa...'' y no pudo seguir llanto mediante. La emoción lo embargó por completo y con un sencillo ''disculpen, estoy sensible'' con la voz resquebrajada, se excusó. Como si hiciera falta...
Los sorteos de indumentaria oficial, el servicio de lunch para los vitalicios cunpleañeros y el recordatorio de Gabriel González, Presidente del Departamento, respecto a todas las actividades que ofrece el área, terminaron de enmarcar una noche inolvidable en donde un nuevo invitado, se brindó a corazón abierto. Fernando Pandolfi, más que un ''bicho raro'' un ''distinto al resto''.
Diego Luis Guitian
@DLGuitian
