En un partido que tuvo de todo, Vélez se impuso con mucha autoridad y personalidad ante Lanús, en la ida por los octavos de final de la Copa de la Superliga.

El antecedente cercano con goleada fortinera en la última fecha del torneo le puso pimienta a este choque, donde la intensidad y el mal desempeño del árbitro Fernando Espinoza se apoderaron del juego y de los malos humores de los protagonistas.

Desde el inicio, fue el conjunto de Liniers el que se adueñó de la pelota y de las acciones. Agustín Bouzat tuvo la primera chance del encuentro debajo del arco, tras un gran desborde y centro de Robertone desde la derecha. El remate del Chiqui se elevó y fue contenido por Matías Ibáñez. Rápido respondió el Granate, con un impacto en el travesaño de Facundo Quignón.

Fue a los 21 minutos cuando Vélez pegó el grito fuerte en La Fortaleza. Tiro libre de Braian Cufré que da en el parante derecho de Ibáñez. El balón el cae a Fernández en el área que sin poder definir cómodo, termina habilitando unos metros atrás al Tonga Giménez que con una calidad superlativa, abrió su botín zurdo para ponerla lejos del alcance del arquero. Golazo del hombre de la galera, su primer grito en Vélez en un momento importantísimo para comenzar a encaminar la serie.

Desde ahí el encuentro comenzó a tomar temperatura y se reiteraron las faltas y la pierna fuerte por parte del local. Una infracción de Pasquini sobre Leandro Fernández cerca del banco visitante que omitió increíblemente Espinoza, desató la bronca de todos y tuvo como resultado las expulsiones de Luis Zubeldía y Gabriel Heinze.

En medio de ese desconcierto, Lanús aprovechó la situación y llegó al empate. Fue el Pepo De la Vega con un cabezazo fuerte y bien dirigido el que superó la resistencia de Lucas Hoyos. Por intensidad el empate no le quedaba mal al partido que comenzaba a picarse con el correr de los minutos.

En el segundo tiempo, los comandados por Mariano Toedtli y Julio Vaccari (Heinze lo vio desde una cabina) intentaron golpear primero y casi aumentan el marcador con un gran remate a quemarropa de Fernández, salvado por Ibáñez. También, Bouzat llegó a definir entre las piernas del portero, pero la acción fue invalidada incorrectamente (estaba habilitado) por fuera de juego.

En otro punto álgido del encuentro, Lautaro Acosta debió ver la segunda amarilla por un fuerte foul en mitad de cancha, pero Espinoza no terminó cobrando siquiera falta. Esa mala decisión del juez, generó la recriminación de los jugadores de Vélez y la reacción de los de Lanús. En el tumulto, García Guerreño empujó fuerte a Nico Domínguez y Espinoza, en desacertada decisión, les mostró la roja al zaguero paraguayo y, para sorpresa de todos, a Lautaro Giannetti. A esa altura, el trámite se le había ido de las manos al hombre del silbato.

A puro dramatismo, Hernán De la Fuente derribó en el área a Acosta y Espinoza dio penal. Lanús tuvo la ventaja en los pies del correntino Sand, pero el goleador granate dilapidó la ocasión y desvió su remate. Y en la jugada posterior, Thiago Almada desparramó en continuado a Tiago Pagnussat y Marco Torsiglieri, y definió seco al palo más lejano de Ibáñez. Golazo del Guayo con una muestra de calidad superlativa, y un tanto que  ponía a Vélez al frente en el marcador con una  tremenda demostración de autoridad.

El equipo exhibió en cancha funcionamiento y templanza para lograr un éxito valioso que premite encarar con mucho optimismo el duelo desquite. El hincha presente en el Sur se fue feliz con la entrega y envuelto en satisfacción por el merecido triunfo.