Fecha a fecha, lo que pareció ser el inicio de una historia de ensueño se fue transformando en una pesadilla. Pero lejos están estas líneas de caer en el facilismo del resultado, de la derrota por la derrota, de la racha negativa o lo que sea. Lo que duele, lo que sangra, es ver perder a un equipo que en el correr de las fechas se parece poco a Vélez. El Vélez que vende cara las derrotas. El que por el calibre de jugadores dentro del campo de juego puede dar mucho, muchísimo más.

Un Vélez que perdió esencialmente lo que mejor lo destacó en ese arranque sin freno con cuatro victorias sobre cuatro posibles, desde el juego que parecía siempre asomando y desde una contundencia para saberse con lo justo pero no menos que nadie. Ese Vélez que hasta el cansancio se mentalizó en empatar el esfuerzo del rival, base primordial para afrontar cada juego y desde ahí desequilibrar por decantación por la calidad de sus hombres gravitantes. Un Vélez que aún en esta racha de 2 puntos sumados de los últimos quince, supo ser mucho más que Newell's en casa pero que no puede revertir la imagen de los últimos tres juegos.

Preso del reloj que le juega en contra en los partidos. Tal vez será el precio justo de una madurez que en muchos de sus juveniles comienza a pagarse con los minutos en cancha. Pero tampoco es justo caer por ese lado, porque Vélez es un todo. Porque los niveles no son los esperados. Estudiantes, tanto como Rafaela, luego de respetarlo, le faltó el respeto. Los santafesinos no lo ganaron por una gran noche de Sosa, los platenses lo ganaron por contundencia para las divididas y por las definiciones. 

Ni siquiera la vuelta de Pratto, quien desde el arranque mostró la falta que le hacía al equipo pero que también terminó en el desconcierto de un equipo que le pesa por momento hasta ir ganando. Preocupa la derrota desde ese lado. No por la crítica despiadada, sino por lo que no puede generar el equipo en cancha y lo que uno sabe que puede dar. No fueron producto de la casualidad las victorias al inicio. Tampoco este presente, porque hubo lesiones que ayudan a no ver completo un plantel que en su confección es corto. Porque lo de Vélez hoy pasa desde lo futbolístico hasta lo anímico, de un equipo que no puede reaccionar, que le cuesta levantarse. Por eso da bronca.

Lamentablemente en el fútbol, son tres los resultados y hay uno que duele de la forma que sea. La derrota duele menos cuando se cae de pie. Vélez parece de rodillas antes de caerse. Es la hora Vélez. Es la hora de levantarse. De confiar. De creer. De decirle al rival, al torneo que todavía estás vivo. Que por más transición que te pongan por delante la idea de protagonismo no la perdés. Dale Vélez. Reaccioná. Es ahora. Es ahora, Fortín.

Es la hora de cambiar preguntas por respuestas.

@martineta16