Parecía una historia de nunca acabar. Porque las innumerables situaciones particulares que giraron sobre el encuentro entre Independiente y Vélez Sarsfield así lo quisieron. Desde el sábado al lunes. Con la lluvia como protagonista principal ahogando las ganas de ver fútbol. Con un terreno de juego que lejos de estar "impecable" como juraban algunos, necesitó dos carretillas repletas de arena para maquillar una de sus áreas y que así parezca más "bonita". Porque se cargaron las tintas de la supuesta suspensión del partido en un jugador que es de los que más encuentros en primera división lleva disputados (sino el que más) en vigencia; cuando en realidad y como lo autoriza el reglamento, quien suspendió el encuentro del sábado fue el Señor Juez, Pablo Lunati. Desde aquellas últimas horas del sábado en las que la reprogramación del encuentro pasó de la incertidumbre a tener fecha y hora. Una fecha que se mantuvo en día lunes, pero una hora que se vio modificada en treinta minutos de atraso por una Cadena Nacional de la Señora Presidenta, que finalmente no fue en cadena pero que hizo que el encuentro no se emita por la TVPública hasta los 17 minutos aproximadamente de juego. Bah, de juego... mejor dicho de reloj corrido porque hacía poco más de un minuto que el partido en Avellaneda estaba detenido por un leve corte en el suministro eléctrico del sector de iluminación de una de las plateas; que se agravó luego de casi 20 minutos de demora por un apagón total de todo el estadio. Un estadio que quedó en penumbras, como la realidad del fútbol argentino por esas horas. Para colmo, luego de la reanudación del juego no se adicionó nada, se mandó el reloj a cero para luego ponerlo en venitipico de minutos y así jugar lo que quedaba de un primer tiempo que nunca se supo si fueron 45. En fin. Una crónica del horror. Una pieza tragicómica que no puede ser lucubrada ni por la más siniestra de las mentes o por la más brillante de las plumas literarias futboleras.

En medio de todo, el fútbol. Golpeado de por sí, tanto Vélez como Independiente se ataron al desarrollo que le proponía el entorno. Primero, porque el terreno de juego fue malo para los dos. Inestable, blando, dejando mucho que desear en un paladar que gusta de saborear el fútbol al ras del suelo y con más de dos toques seguidos. Segundo, porque la interrupción por los apagones le cambió los papeles al juego, donde se repartieron protagonismo a medida que corrían los minutos. 

Porque si hay que hablar de fútbol en la noche de Avellaneda, fue más lo que se jugó con temperamento que con la cabeza. El empuje llevó el balón a los arcos y nunca fue con la claridad de una jugada. Al punto tal que Germán Montoya le sacó un cuerpo de ventaja a su colega Hilario Navarro en el galardón del premio a la figura de la cancha porque en las dos más claras que tuvo respondió quemando con sus manos una bomba de Paulo Rosales y después con su cadera tapando a quemarropa un remate de Ernesto Farías. Las que descolgó inclinaron la balanza para el arquero cordobés, ya que sobre el final y con uno menos (se fue Pancho Cerro expulsado por doble amarilla) Hilario tuvo una doble tapada magistral primero a Jonathan Copete y luego en el rebote a Gino Peruzzi (ambos ingresaron en el segundo tiempo). Vélez pudo ser más porque tuvo la pelota pero lastimó poco, con chances que dejó correr Pratto o que no pudo capitalizar Insúa. El fútbol esquivo en un encuentro que pasó por todos los estados también quiso serlo en el marcador estéril de grito de gol.

En la balanza del haber, quedará el debut prometedor del colombiano Copete que se cargó la responsabilidad de ser picante y peligroso, porque no se achicó y trató de hacer pie en el fango causando un escalofrío cada vez que arrancaba en el fondo rojo. En el tiempo que estuvo en cancha, Copete mostró carácter y eso como muestra gratis de su rendimiento en el debut es suficiente.

También es importante destacar la solidez defensiva no solo en la pareja de centrales (Tobio-Domínguez) sino también en la que ofrece Germán Montoya, siendo hoy pieza clave para que Vélez haya sumado un punto y que le haya privado al conjunto de Avellaneda sumar más de uno en su escuálido promedio.

Lejos de los problemas ajenos institucionales y deportivos, Vélez regala un arranque prometedor. Uno de esos que se acomodan rápido al deseo, que se empilchan con la ilusión y que crecen con el andar por el camino.

Twitter: @martineta16