A veces los encuentros o las planificaciones no terminan dando los resultados que uno espera, que uno busca, que uno sueña y anhela. Es muy posible, como en toda apuesta, que lo que uno ponga en juego tenga caras en el fútbol de las cuales es muy probable que gire la suerte. De esos tres resultados posibles nada es fija, o predecible o asegurado. Por eso, el fútbol tiene esas dosis de mágico y divino que lo hacen ser el deportes por excelencia máximo en la Argentina.

Porque sin dudas que sería un error pensar el encuentro de Boca sin pensar en el de Santos, por más que los partidos se juegan en el día y hora que te los presenta el fixture. Porque sin lugar a dudas de saber los resultados de ante mano, uno tendría un margen aún más amplio para decidir, para planificar y tal vez, prevenir. Porque es el momento de mayor disyuntiva a la hora de conformar las piezas que completan al equipo, por todo lo que hay en juego, por todo lo que se arriesga, por el poco margen de error que se presenta a esta altura. Por eso, la única forma de que la planificación sea exitosa sea justamente con el éxito.

Porque el encuentro contra Boca Juniors dejó bien en claro que es el riesgo o precio que debe pagar un equipo que se presenta con la mentalidad y obligación de pelear con todo por las dos competencias que presenta ale año calendario. Porque tranquilamente, se podría optar por uno y así, elegir lo mejor para cada compromiso según el mismo lo demande. Vélez Sarsfield tiene la obligación dada por sí mismo, de ir en busca de todo, de no renunciar a nada, de no verse a medio camino de nada, por más que el mismo destino así lo quiera. Por eso, Gareca pone todo donde sea que vaya a jugar el trofeo que tenga que disputar. Por eso no hay reproches si hay lesiones o los resultados no se dan.

Porque parte de eso tuvo el juego en la Bombonera. Dos equipos que son protagonistas en la Copa Libertadores de América 2012 y que se les presenta el debut por los cuartos de final ambos dos en casa ante equipos brasileros en la semana post enfrentamiento entre ellos. Inevitablemente, la cabeza juega los dos partidos a la vez y por eso termina siendo el primero, el entre ambos, el que más paga los platos rotos. Porque en definitiva, tanto Barovero como Orión fueron espectadores de lujo del encuentro ya que no tuvieron que ser protagonistas importantes de la historia salvando su portería. No hubo situaciones de riesgo en la tarde de La Boca.

Pero los riesgos que se corren más allá de perder puntos importantes para prenderse definitivamente en la lucha, se presentan en las lesiones. Porque tanto Federico Insúa como Fernando Tobio, se perderán el encuentro que sigue por lesiones importantes; pero que bien valió la pena correr el riesgo más allá de que el resultado en la planificación no haya sido el favorable. De poco iba a servir preservar jugadores si la premisa siempre fue pelear todo lo que se juegue. 

Entonces entre tanto en juego, suma que aparezca un juvenil como Gino Peruzzi para comenzar a sumar puntos en lo que puede ser una gran aparición en la primera velezana. Como así también que la defensa de emergencia con Cubero y Domínguez de centrales funcione a la perfección y sin fisuras. Siempre es bueno encontrar aristas sabrosas en momentos que son amargos.

Del partido poco y nada más allá de las buenas intenciones que quedaron sólo en eso. Tibios los dos equipos si pretenden más en este campeonato. Vélez dejó correr una chances inmejorable de descontar a sus principales adversarios de lucha y también de ponerse como escolta. Sin embargo, esta a cuatro puntos del líder con cinco fechas por delante en lo que resta de Clausura. La obligación te lleva a la apuesta. Vélez siempre te hace ponerle plenos a su ilusión.

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