Vélez Sarsfield tuvo que sufrir más de la cuenta para quedarse con los tres puntos en la victoria por 3 a 2 ante Arsenal en Liniers, ya que ganaba tranquilo por 3 a 0 con dos tantos de zurda de Augusto Fernández (volvió al gol con todo) y uno de Juan Manuel Martínez de penal; pero creció el Arse y con goles de Zelaya y Leguizamón le pusieron drama al final. El Fortín en lo más alto.
Buenos Aires, Domingo 26 de Febrero de 2012.
(Prensa Vélez Sarsfield - Estadio José Amalfitani).
Pareciera que a este Vélez versión 2012 no le cabe en la cabeza un resultado que no termine con una importante cantidad de goles a favor. Que la contundencia que lo ha marcado durante este gran tridente de años, hoy se muestre mas firme que nunca y con avales renovados. Porque pareciera además, que en la tarde del Amalfitani, le sacó lustre a aquel estima velezano de saber que para poder ganar, primero hay que saber sufrir.
Porque de otra forma no puede explicarse, más allá de que en el complemento Arsenal salió a buscar lo que pensaba que le correspondía, que haya terminado el encuentro tan ajustado en el marcador cuando en el trámite Vélez había sacado la ventaja suficiente como para irse con las loas de una nueva goleada. Porque luego de pelear mucho desde el arranque del encuentro, encontró la ventaja y la diferencia en el marcador de quién terminaría siendo figura en el Fortín. Augusto Fernández desempolvó la zurda y sacudió desde afuera a la salida de un córner y Vélez comenzó a facturar en cantidad como viene en este gran inicio de año. Justo Augusto, que se comenzaba a desesperar cual goleador porque aún no había podido mojar en el 2012, acostumbrado de buena manera con un 2011 que lo tuvo visitando seguido las redes. Justo Augusto que es uno de los corazones de este Vélez que en la sumatoria de pulsaciones es puro Corazón.
Mucho más cuando un minuto más tarde de la ventaja y en pleno auge de juego velezano, Óbolo cayó derribado en el área y Loustau no dudó en cobrar penal. Delirio total para un Vélez que comenzaba a alcanzar la punta (falta que juegue Lanús mañana lunes), en el preciso momento en el Burrito Juan Manuel Martínez acarició la pelota al lado opuesto que eligió Campestrini y Vélez se ponía dos a cero en el marcador. Merecido, tanto como cada uno de los abrazos que recibió el Burrito tras el gol por un muy buen primer tiempo. Porque de ese corazón que se hable y se menciona, en el medio campo apareció la figura de un gasolero que nunca te deja a gamba, como Francisco Cerro. El pibe mediocampista que desde las sombras sacrifica la ropa con tal de robar el balón y entregárselo sano y salvo a un compañero. El rescatista del medio juego velezano, el pulmón del Fortín, quien juega y también permite jugar. El mismo que esta tarde se ganó una de sus primeras ovaciones de parte del público. Panchito Cerro es hoy indispensable para el equipo y marche un problema para Gareca que lo mira a Tito Canteros sentado en el banco. Porque también el Tano Ortiz y Seba Domínguez en el fondo no dejan pasar una y todo el mundo se contagia. Hasta el Pocho Insúa que su exquisitez con el balón le permite tirarse al suelo para pelear una pelota. Todo Vélez late al ritmo de su juego.
Para colmo, el segundo tiempo arrancó igual y Vélez se puso en el marcador como más le gusta en este año. El 3 a 0 llegó de la mano otra vez de Augusto Fernández y de nuevo de zurda y desde afuera del área. El volante no solo que volvió al gol en la tarde de Liniers, sino que también demostró ductilidad para pegarle con la pierna menos hábil -ojalá uno le pegara así con la que podemos decirle hábil-. Por Augusto y sus compañeros Vélez otra vez se floreaba, goleaba y gustaba.
Pero lejos de generar lo que sí le causó a los demás rivales hasta el momento del Fortín, los goles recibidos lo motivaron a los de Alfaro a salir a buscar el descuento. El que llegó en una contra que agarró mal parado por la izquierda a Emiliano Papa que tuvo que salir a corretear a Carbonero que llegó hasta el fondo y tiró el centro a la carrera y a la cabeza de Zelaya que le dijo que sí al balón y la puso bien lejos de Barovero y muy cerca del descuento. Así, minutos más tarde, con un tiro libre precioso, Luciano Leguizamón superaba la barrera y también lejos del extenso Barovero la clavaba abajo y ponía las cosas a un solo grito de gol. Vélez entró en pánico con lo que era una goleada y ahora tan solo se ponía a un festejo. Encima, Loustau adicionaba cuatro minutos al juego reglamentario -jugaba claramente con la salud coronaria del hincha velezano-. Pero Vélez se defendió bien con la pelota en los pies, al punto que la entretuvieron en el rincón izquierdo del ataque un rato largo, Papa, Canteros, Bella y Cabral (los últimos tres ingresaron) sin piernas celestes en el camino.
Pitazo final y victoria. Tan festejada como suspirada. Tan gozada como las anteriores de resultados amplios y márgenes aún mayores. Es que para este Véles, ganar, lejos de ser una costumbre, es un placer y lo demuestra en la cancha. Un Vélez que te liquida, que no especula y que sabe muy bien lo que quiere. Un Vélez que le sigue tomando el gusto a verse arriba. Muy arriba.
Carlos Alberto Martino
El Sitio Oficial te acerca el compacto más completo de imágenes de lo que fue la victoria de Vélez Sarsfield por 3 a 2 ante Arsenal de Sarandí en el estadio José Amalfitani, por la tercera fecha del Torneo Clausura 2012.
