Jugando con una personalidad importante, el Vélez del primer tiempo ganaba con un gol de Joaquín Larrivey invitando una vez más a la ilusión; hasta que el Vélez del complemento, apagó las luces antes de tiempo y se fue con un empate que tiene sabor a poco.
Buenos Aires, Sábado 21 de marzo de 2009.
(Prensa Vélez Sarsfield ? Gigante de Arroyito).
El encuentro se presentaba para Vélez, como la posibilidad de recuperar la senda victoriosa que lo llevó hasta las mejores colocaciones que hoy ofrece el Torneo Clausura de Primera División. Ganar en rodeo ajeno le imprimiría a las aspiraciones grandes de este equipo de Ricardo Gareca, un envión anímico de dimensiones muy poco comparables.
Es que lo que viene demostrando Vélez en el torneo doméstico que disputa es justamente la imagen de un equipo que pelea y que busca el arco rival en cualquier terreno, por más bravo que sea y este no iba a ser la excepción. El Gigante de Arroyito aguardaba a un equipo que sabe ser más grande; pero que lamentablemente, muchas veces se vuelve pequeño ante el asedio del rival.
Porque este Vélez viene evidenciando una falencia que crece con el correr de los minutos, con la suma de los partidos. Muestra dos caras este Vélez, dos rostros tan distintos entre si, en un abrir y cerrar de ojos.
Por un lado, este equipo de Gareca, sabe ser el gran protagonista que te invita de la mano a la ilusión. Un equipo que se florea en el toque, en la buena idea de juego asociado; con el rol dominante de los grandes equipos que supo cosechar en su historia, para no buscar ejemplos ajenos. Vélez se muestra como el gran candidato que es desde la palabra, reflejándolo en el campo de juego, en la red con un pase precioso de Zapata para que el Bati Larrivey la pare de pecho y pero sin chilena (como López hace una semana) la clave al fondo del arco. En la ilusión de cada hincha que se mudó en el sentimiento a la ciudad de Rosario. Vélez, como en este primer tiempo en Arroyito, muestra todos los requisitos que debe tener un equipo para ser campeón.
Pero hay algo que se rompe inevitablemente, desde un par de encuentros a esta parte en el segundo tiempo; algo que lleva a refugiarse atrás, cerquita de Montoya. Algo que hace que se saque el traje de gala que lo hizo entrar a la fiesta por la puerta grande y que lo lleva a salir por la ventana vestido como un linyera. Es que es así, el protagonismo que muestra el Fortín en el arranque se evapora inexorablemente en el complemento, y allí está la falla.
Si bien tuvo la oportunidad de ganarlo al final de encuentro, debió sufrir más de la cuenta para mantener un invicto que en soledad suele ser un aliciente a los dos puntos dejados en el camino. Quizás, no encuentra el camino a la ventaja y al empuje del rival. Porque para ser sinceros, Central nunca fue mejor que Vélez o superior, solo que el mismo Vélez se dejó arrinconar tras el empuje canalla. Y lo paga caro, sin derrotas; pero con menos puntos de los que debe ganar en su haber. Y duelen.
De todos modos, este punto previo al descanso que se toma en torneo doméstico para abrirle paso al juego seleccionado por eliminatorias, tiene gusto a ?poco? que se consuela con el ?falta mucho y estamos ahí?. Mucho deberán corregir dentro y fuera del campo de juego para ver al Vélez que todos queremos, el protagonista, el de los primero cuarenta y cinco minutos. Mientras tanto, en esta dicotomía entre períodos de juego; lo único que queda es ?creer o reventar? (según el tiempo que elija, señor).
Carlos Alberto Martino.
-A la memoria de Roberto "Totito" Forastiero-
El Sitio Oficial te acerca la imágenes del empate de Vélez Sarsfield ante Rosario Central, disputado en la ciudad santafesina, por la séptima fecha del Torneo Clausura 2009.
