Torneo

La suma de todas las partes

Vélez venció a Unión en casa por 2 a 1, en un agónico final, para sumar su segunda victoria al hilo. Pavone abrió la cuenta que igualó Soldano. El Burrito tuvo la chance de penal pero se lo negó Nereo; aunque se redimió con el jugadón del final que selló Vargas. Los pibes también tiraron del carro de un Vélez que se ilusiona.

Todos se trepan al abrazo de Matías Vargas y Juan Manuel Martínez. El Fortín, en la agonía de partido, encontró lo que buscaba y merecía.
Por Carlos Martino

El Fortín volvió a ganar y despega. El equipo comandado por Omar De Felippe venció con mucha justicia y autoridad al conjunto Tantengue dirigido por Juan Pablo Pumpido, durante la tarde noche del sábado, en un encuentro agónico por el gol sobre la hora y el camino que tuvo que transitar el equipo para consumar en realidad los tres puntos en casa.

Es que la peregrinación desde Bahía Blanca en el sábado de resurrección que vivió Vélez con el gol del triunfo de Diego Zabala, dejando atrás una racha nefasta de un año y días sin ganar bajo la condición de visitante; encontraba su misa en el Amalfitani una semana más tarde para tratar de cumplir con una nueva misión, la de hilvanar una victoria después de otra.

Con ese objetivo que también llevaba casi una vuelta de calendario, De Felippe trató de respetar al máximo el equipo que venía del triunfo; aunque la quinta amarilla de Caire y el regreso de Desábato (tras la suspensión), le abrían la puerta a las variantes. Y el técnico eligió a Tripichio para el lateral derecho; mientras que le dejó a Kolacha al lado al ascendente juvenil Santi Cáseres.

Desde el juego y desde el vamos siempre fue Vélez el que intentó asociarse en juego y ser el equipo que asuma la responsabilidad del juego. Intentando el circuito con el balón por izquierda, con un Martínez que tuvo un partido al que le costó el pie a pie, el mano a mano hasta la última jugada del partido, donde a puro arranque y gambeta habilitó a Vargas para el agónico triunfo.

Se tardaron 13 minutos para abrir el marcador y fue Pavone el que tras un córner pasado desde la izquierda controló el balón, se sacó la marca y con una pasividad asombrosa, donde todos corren, el Tanque se permitió un segundo para abrir su calzado zurdo y ponerla a lo lejos de Nereo en el segundo palo. Golazo de Vélez que comenzaba a merecer lo que producía.

Con el correr de los minutos y con la tranquilidad de la ventaja en el marcador, el Fortín se plantó mejor en cancha y salvo algún intento del punzante Lucas Gamba, no sufrió lo que podía generar Unión. Allí se hizo más dueño de la pelota Correa, y Santi Cáseres movía los hilos de un Vélez que lo necesita por más joven e inexperiencia en Primera que tenga.

El premio que llegó tras una gran apilada del Burrito (le salió la más esperada) que de izquierda a derecha se metió en el área y tiró un pase al corazón del área que a la carrera y ya pegando el grito el Monito Matías Vargas arremetió con todo y marcó el agónico gol de triunfo.

Pero Vélez cada descuido lo paga caro y en una jugada de contra a espaldas de Cufré, Gamba desbordó y habilitó a Soldano que solo ante la salia de Aguerre puso la igualdad en el marcador como un golpe de agua helada para un conjunto fortinero que merecía el segundo antes que el empate.

Y si el equipo de De Felippe no se fue arriba en el marcador fue porque no quiso el juez Delfino. Una vez más el árbitro cometió un error grosero perjudicando a Vélez ante una clara falta penal sobre Juan Manuel Martínez que habpia ya impiado a su marcador. Inadmisible como una vez más, un error arbitral sobre una falta tan grande como el Amalfitani, no haya sido cobrado.

Se fue con un golpe fuerte en su cabeza Desábato y en su reemplazo el entrenador elegió el buen pie de Nico Domínguez. Hay que darle la derecha a Omar quien apostó por el juvenil y éste le devolvió con creces adentro de la cancha.

En el complemento de entrada nomás también lo tuvo Vélez. Fue Zabala el que se lo perdió, en una de esas que siempre el yorugua tiene por partido. Pero si hay algo que destacarle a este Fortín frente a Unión, fue sin dudas la paciencia. Jugando bien y aprovechando las variantes que le ofrecen sus jugadores, se encargó de ir metiéndolo al conjunto santafesino contra su área tratando de buscar nuevamente ponerse arriba en el marcador.

A los 35, hubo una clara mano en el área tras un remate de Grillo y esta vez (ya era demasiado alevoso sino), Delfino cobró el penal y mientras todo Vélez se relamía para volver a gritar, ese gritó se atravesó en la garganta porque el Burritto definía abajo a un palo sin fuerzas y la espectacular salvada de Nereo mantuvo la igualdad.

Sin embargo, Vélez no renunció a buscar la ventaja. Con Vargas en cancha, esta vez fueron los pibes los que tiraron del carro hacia el triunfo. Porque sobre el final, Nico Domínguez, Vargas, Cáseres, Cufré se hicieron cargo de la pelota y de presionar a muerte al rival y esa intensión tuvo su premio.

El premio que llegó tras una gran apilada del Burrito (le salió la más esperada) que de izquierda a derecha se metió en el área y tiró un pase al corazón del área que a la carrera y ya pegando el grito el Monito Matías Vargas arremetió con todo y marcó el agónico gol de triunfo.

Vélez mostró lo mejor de lo mejor en lo que va del año y hasta tal vez del torneo. Un Vélez que ganó dos partidos claves para salir de la zona comprometida y crecer en confianza. Cinco barra cinco, fue el funcionamiento de un Vélez que empieza a demostrar que quiere aferrarse a esta idea, donde todos suman y donde se potencia la suma de todas las partes.