Torneo

Te da vuelta la historia

Con goles de Asad y dos de Pavone (el segundo de taco), Vélez le dio vuelta el partido a Banfield en el Sur que lo ganaba temprano con gol de Bertolo de penal, y cortó así la racha de derrotas. El Fortín fue sólido y consiguió con diez jugadores al final un triunfo que tiene que ser punto de partida.

Mariano Pavone festeja el segundo de sus dos goles en la noche del Florencio Sola. El Tanque estuvo a full y sentenció el encuentro con un lujo de taco. El Fortín levanta y muestra solidez.
Por Carlos Martino

Fue capaz de dar vuelta la historia. De detener la maldita rueda del destino que se empecinaba una vez más con lo peor. Fue más que torcerle la mano a noventa minutos que se avecinaban con el mismo pie izquierdo pisando la hierba. Fue romper con todo lo que se venía levantando derrota tras derrota, caída tras caída. Con tanto de bronca. Con mucho de aprendizaje. Con lo principal que tiene que tener Vélez, ser un equipo con una personalidad definida. En la noche del Florencio Sola, mostró más que una buena impresión.

Porque todo se veía una vez más como una de esas noches de catástrofes, sobre todo, desde el vamos, porque pareciera que los goles que le había marcado Banfield a Aldosivi hace quince días, corrían también para el encuentro ante Vélez. Porque también los goles que se venía atragantando Vélez en los últimos compromisos, esos que perdió por la mínima, eran carne de cañón para la visita al Sur. Parecía que todos los condimentos estaban servidos en el plato para degustar la comida más amarga.

Así hasta ver cómo en una jugada rápida y en tan solo diez minutos de juego, Emiliano Amor obstruía a Juanito Cazeres en la puerta del área (más adentro que afuera) y Abal señalaba el manchón blanco de la pena máxima. Más aún, cuando Bertolo elegía el mismo palo que Aguerre y que el balón se metía junto al palo tras haber rozado el guante del arquero. Demasiado para empezar una vez más perdiendo en el marcador y casi en el juego también, porque después del cimbronazo que significó el gol de Banfield, pudo haber sido peor, con un Fortín que no encontraba el juego y que sufría desbordado por las bandas.

Pero contrariamente a lo que todos auguraban, Vélez se puso de pie. Vaya que se levantó. Habían pasado apenas nueve minutos de la conquista local, para que Nico Delgadillo como un caballo alado se contoneó ante la marca de Yeri al que dejó sin reacción y colocó un pase a la medialuna del área, donde primero con un control y abriendo su pie derecho, Yamil Asad despachó un remate colocado tan preciso junto al palo como lejano al alcance del vuelo estéril de Pellegrino. Mientras Asad remixaba en 2015 el viejo baile de su padre, Russo se sacaba la bronca y todo Vélez comenzaba a mirar el encuentro con otros ojos.

Vélez estaba de pie, señores... Levantó la guardia y conectó el primer golpe certero al mentón.

Más cuando comenzó a disponer de los espacios que el siempre ambicioso y vertical equipo de Almeyda le brindaba. Porque es cierto, el Taladro molestaba con Bertolo por izquierda complicándole la vida a Pérez Acuña, o tal vez con Cuero por la izquierda poniéndolo en riesgo a Grillo dentro del terreno. Pero también se desnudaba atrás. Como el síndrome de la manta corta. Y allí fue donde empezó a crecer el juego y la presión de Lucas Romero, que mostró ese "Eye of Tiger" (Ojo de Tigre) de su temprano debut, siendo sin lugar a dudas uno de los hombres con podio bien alto en Vélez. También Yamil entendió por dónde pasaba el juego y aprovechaba con inteligencia cada tenencia. Hasta el mismo Fausto Grillo se acomodó en el campo de juego y hasta metió un lindo cabezazo que dió en el poste más lejano de Pellegrino.

A poco de final, el equipo de Russo encontraría el premio. Porque Grillo rompió líneas de la banda al centro en el último tramo del terreno y con un remate (intentó al arco) encontró a Pavone que controló bien y se perfiló mejor, dejando unos metros atrás a su marcador y de zurda en un mismo gesto le curzó el remate al portero de Banfield y salió a besarse los nombres tatuados en sus brazos como carta franca y certificada del gol. El Tanque ponía arriba a Vélez, y Vélez se ponía de pie en el Sur. Porque crecía en intención, con un poco de juego sin llegar a ser el ideal aún, pero ponía autoridad en cancha para sobreponerse primero de la derrota y luego para comenzar a ganarlo. Al punto tal que tuvo un par por la presión alta de Asad y Romero en los pies de Pavone pero ambos remates fueron encontrados por los hombres del fondo banfileño. Así los de Russo se iban al descanso arriba en el marcador y justificando con efectividad lo que hasta el momento tenían como capital.

Para el complemento la historia no fue muy distinta. Vélez intentó acomodarse mejor en la cancha para aprovechar la desesperación del local y pagar con contragolpes. Mientras, Banfield decidió jugar el partido más en terreno ajeno que propio. Abal que venía desparramando tarjetas amarillas desde el primer tiempo a los hombres del Fortín siguió en la tónica de lo que le imponía el ritmo de juego y muchas veces perdonó con una de más a las imprudentes faltas del fondo del Fortín en la reiteración de quienes caminaban por la cornisa. Con situaciones para uno u otro, se llegó al minuto 31 donde Fabián Cubero llegó tarde y dejó su pie cerca de Bertolo. Abal le mostró la roja directa y todo Vélez sumido en la protesta al juez se comenzó a mentalizar de tratar de aguantar el encuentro que lo llevaba tal vez un poco más cómodo, pero que iba a tener que trabajarlo y defenderlo sobre el final. Porque la reacción de Banfield no se hizo esperar y en el once contra diez aprovechó las bandas y fue con balones quietos a encontrarse con la seguirdad sobria de Alan Aguerre. Pero Vélez no renunciaba a irse ganador, a torcerle definitivamente la cara al destino. Tras la expulsión del Poroto, Russo había mandado a cancha a Lucio Compagnucci por un cansado Asad; pero aprovechó un cambio más para cambiarle el aire al sector iquierdo con el ingreso del debutante Doffo por el pibe Delgadillo. Fue a poco del final que en una contra con pared entre Pavone y Doffo que el pibe se metió en el área y con un amague le quitó metros a Sergio Vittor para habilitar de zurda a un Pavone que a la carrera y pasando su cuerpo acarició con el taco al balón que se fue metiendo en el palo más lejano de un Pellegrino que masticaba con bronca la delicatessen del Tanque goleador.

Estallido de alivio para Vélez que se vio reflejado en el grito de Pavone, en el de Amor y Pellerano corriendo a abrazar a un Russo que gritó con alma y vida ese tercer tanto, el del alivio, el del desahogo, el del merecido premio para un equipo que quiere crecer.

Así fue que Vélez le torció el destino a su destino, a su noche, a la que tantas veces se fue cabizbajo y herido. Sabiendo que nada tapa lo pasado y que aún hay cosas por mejorar y crecer, el equipo mostró un rasgo de madurez al levantarse de sus propios errores, de hacerse fuerte a la hora de transitar los momentos del juego. Un Vélez que tiene que tomar este encuentro, esta décimo tercera fecha como el punto de partida, el arranque a forjar su personalidad. Esa personalidad lejana de las derrotas y bien cerca de las victorias.

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1° División 2015 | 13F | Banfield 1 - Vélez 3

1° División 2015 | 13F | Banfield 1 - Vélez 3

El Sitio Oficial te acerca el mejor compacto de imágenes de la victoria de Vélez Sarsfield por 3 a 1 frente a Banfield en el Florencio Sola, por la décimo tercera fecha del Torneo de Primera División 2015.