Vélez cayó derrotado ante Belgrano en el Mario Alberto Kempes, por 1 a 0 con un gol de Lucas Zelarayán por la séptima del Transición 2014. El Fortín, que supo manejar la pelota en el inicio se encontró rápido en desventaja y desde ahí no supo cómo llegarle al arco que defendió Olave al punto tal de casi ni patear al arco. El equipo comienza a sentir los golpes de hacer madurar a sus juveniles y toma distancia de la cima.
Córdoba, Domingo 14 de Septiembre de 2014.
(PRENSA VÉLEZ ? Estadio Mario Alberto Kempes).
Encontrarle una explicación a una derrota tan pronunciada como la que se registró en la tarde cordobesa es generalmente entrar en el terreno sencillo de la obviedad. Porque es caer en lo que hizo uno u otro para inclinar la balanza para un lado o para el otro. Es empezar a medir cada uno de los conceptos que terminan de redondear un resultado, desde sus variables, desde sus consecuencias.
Es inevitable. Caer en el análisis con el diario del Lunes. El resultado le pone el marco final a un desenlace que se sostuvo con verdades irrefutables. Como la dura realidad de encontrar a un Vélez que tuvo la pelota desde el minuto uno, pero que se olvidó de lo más importante en el fútbol, en cualquier cancha, en cualquier parte del planeta: Patear al arco. Es una de las principales causas para empezar a hablar del encuentro. Porque sin generarle una mínima inquietud al rival, una molestia, un riesgo, ni siquiera hacer revolcar al guardameta rival; es imposible generar un quiebre por más posesión que pueda tenerse de la esfera más preciada. En los 94 minutos que duró el encuentro en Córdoba, Vélez no registró un tiro al arco, que despeine a Olave, que vaya en el marco que defendió el arquero cordobés. Solo se registró una aproximación, clara de por sí, en la cabeza de Rolón vacío por el segundo palo pero se fue cerca. Muy cerca.
También es difícil cuando el rival no te perdona ni el más mínimo error. Ni un rebote largo, en una ortodoxa definición de Zelarayán que terminó en la red para el único gol de Belgrano, de las miles de situaciones que sacaron Grillo y Sosa casi de la línea. Cuando te equivocás y lo pagás. Lo pagás duro y caro.
Belgrano, en el análisis de los merecimientos, ganó porque sacó diferencia y porque la mantuvo desde su impotencia para cerrar el partido. Vélez, dentro del mismo ensayo, perdió porque no pudo intentar torcerle la mano a su tarde y desde ahí al partido. Claro.
Hablarán y denotarán el momento del equipo y la sequía de triunfos en la ausencia de Pratto. Tan cierto como equivocado. Porque por más importante que es Lucas para el equipo, cuando juega no puede hacer todo por más que esté cerca de hacerlo. De todas formas, este presente no es tan malo como lo reflejan los últimos resultados o las últimas actuaciones. Las victorias y estas derrotas hablan de lo mismo, un equipo que está buscando la maduración de sus juveniles, con los altibajos de una generación que comienza a conocer los momentos de un torneo. De tener que levantarse, de tener que seguir peleando. De conocer los golpes que tiene crecer.
Hay que pasar el temblor. Hay que levantarse pronto. Hacerse fuerte en casa para que alguna caída de visita no duela en los huesos. Es momento de crecer. Con los golpes que te da el fútbol. Como el de esta tarde.
Carlos Martino
@martineta16Vélez cayó derrotado ante Belgrano en el Mario Alberto Kempes, por 1 a 0 con un gol de Lucas Zelarayán por la séptima del Transición 2014. El Fortín, que supo manejar la pelota en el inicio se encontró rápido en desventaja y desde ahí no supo cómo llegarle al arco que defendió Olave al punto tal de casi ni patear al arco. El equipo comienza a sentir los golpes de hacer madurar a sus juveniles y toma distancia de la cima.
