Torneo

Arrasa con todo

A siete minutos del final, Lucas Pratto armó una pared tremenda con Milton Caraglio, para meterse en el área y llevarse por delante a todos anotando el gol de la victoria de Vélez ante Lanús, haciendo estallar el Amalfitani. El Fortín luchó para sumar la cuarta victoria al hilo y seguir en lo más alto de la tabla en soledad ante un difícil Granate. El nivel de los del Turu crece fecha a fecha y contagia para ir a la Boca.

Gritalo con el alma Lucas. Abrazate con Milton y con todo el Amalfitani. Pratto arremetió con todo y le dio el triunfo a Vélez en el momento más importante para sumar la cuarta victoria al hilo y seguir en lo más alto.
Buenos Aires, Jueves 28 de Agosto de 2014.
(PRENSA VÉLEZ - Villa Olímpica).

Que sí, que no. Que se juega, que no se juega, que se vuelve a jugar. A puertas cerradas, con socios, con todo el mundo. Con los caprichos ajenos. Con lo que se imagine. Con lo que sea. Así se vivió una previa en un día, minuto a minuto con el vaivén de las incoherencias del Fútbol Argentino. Pensando en Lanús, para luego pensar en Boca y finalmente casi sin prepararlo, apuró una concentración para pensar de nuevo en Lanús. A todo eso, le ganó Vélez este jueves.

Porque más allá de lo estrictamente futbolístico y del duro escollo que fue este conjunto del Mellizo Guillermo, el despropósito de desorganización en el torneo doméstico de la semana, no solo atentó contra Vélez, sino contra todo el fútbol en si. Pero como el Turu Flores lo anticipó en la conferencia de prensa que apuró ayer antes de concentrar, el deseo del Fortín era jugar. "Nosotros queremos jugar", advirtió el entrenador sostenido en prolongar el envión anímico de sus jugadores tras la triple victoria.

Y en ese envión de estado de ánimo, Vélez arrasó. Porque si bien la lucha durante los 83 minutos que el encuentro tuvo el placard en cero para ambos, Vélez siempre tuvo las cosas claras, el juego controlado y el sacrificio como primera, segunda y tercera opción. Pero no abandona el juego, que lo sostiene con el orden. Así fue mucho más en los primeros 45 minutos por contundencia de tener la pelota, de presionar al rival arriba para recuperarla lejos de su arco y para hacerse fuerte a la hora de defenderse. Fue más aún generando una sola clara con un remate de Kolacha Desábato desde afuera.

Pero la solidaridad de este equipo pareciera no conocer límites. Se potencia. Crece. Se agiganta. Es muy fácil hablar y da placer hacerlo con este Vélez. Porque en cancha hace todo lo que tiene que hacer para demostrar que no es menos que nadie. Que tiene con qué, pero con la humildad y el perfil bajo de quien no se deja deslumbrar por las luces del éxito. Porque el principal objetivo era superar la goleada a favor en Avellaneda. Sí, porque a veces confunden más que las derrotas. Pero sin embargo, el equipo entiende que esta historia es partido a partido y que no sirve de nada quedarse mirando lo conseguido ya que aún no se ganó nada. 

Por eso va y arrasa. Con la propulsión de Lucas Pratto que es el Alma, el Corazón, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo de este equipo. En un momento formidable de lo personal, alejado de los rumores de partida, de las novelas del mercado; esas cosas que nunca desviaron su rumbo pero que rondaban en el entorno. En un instante en el que la pelota lo sigue, lo elige como acompañante para ir de la mano, juntos a la red. Porque su deseo de ser goleador top del torneo no lo dice de la boca para afuera, lo escribe de su pie hacia adentro del arco. Empuja, se raspa y va. Va y va... una y otra vez. Como esa a los 31 del complemento que desde 35 metros le rompió el larguero a Marchesín. Como esa que a los 38 fabricó con Milton Caraglio (cada vez se buscan más y mejor) para edificar una pared en la construcción de la victoria para Vélez, pasando por arriba a toda la defensa (arquero incluido) y así quedar de cara al arco, un beso al balón... y a gritarlo en una explosión monocorde del Amalfitani.

Porque arrasa con cada uno de los jugadores de campo. Desde Sosa al idolatrado Pratto. Todos juegan, meten, luchan y sostienen. Con un Cabral, equilibrista del juego en el medio, que redondeó una actuación memorable. Con un Desábato que se desloma. Con un Papa en su mejor versión. Con un Domínguez más caudillo que nunca en la formación también del pibe Cardozo. Con un Cubero afinado. Un Rolón que no le pesa el lateral. Un Nanni que se fastidia pero que deja machucada a toda la defensa rival para que Milton Caraglio entre y haga la diferencia. En eso se sostiene también la solidaridad de este Vélez. En Sosa que cuando aparece, lo hace en grande. En la idea del Turu. En cada pibe que entra. En la humildad, por sobre todas las cosas en la humildad. La cima no tiene que marearte. Los cuatro triunfos en fila desde el inicio menos. La cabeza bien puesta en todas y cada una de las cosas que los partidos y los rivales reclamen.

Ahora sí a pensar en la Boca. A capitalizar el momento y el temor mostrado por el rival en la semana para tratar de equiparar las cargas, el cansancio o vaya a saber qué. Será momento de seguir escribiendo la historia. Pero por Vélez, no por el rival que estará por delante. Que Vélez siga siendo Vélez. Este que arrasa, pero que tiene el respeto por lo que tiene bien grabado.

Carlos Martino
@martineta16
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Transición 2014 | 4° Fecha | Vélez 1 - Lanús 0

Transición 2014 | 4° Fecha | Vélez 1 - Lanús 0

A siete minutos del final, Lucas Pratto armó una pared tremenda con Milton Caraglio, para meterse en el área y llevarse por delante a todos anotando el gol de la victoria de Vélez ante Lanús, haciendo estallar el Amalfitani. El Fortín luchó para sumar la cuarta victoria al hilo y seguir en lo más alto de la tabla en soledad ante un difícil Granate. El nivel de los del Turu crece fecha a fecha y contagia para ir a la Boca.