Junta Histórica

Un zurdazo inmortal

El 22 de marzo de 1996 José Luis Chilavert anotó el gol más espectacular de su extraordinaria trayectoria. El bendecido botín zurdo del genial paraguayo pinceló con la pelota una parábola fantástica, el balón voló 60 metros y se alojó en el fondo de la red de un atormentado Germán Burgos, arquero de River. Aquel golazo instaló a Chilavert, definitivamente, en las grandes marquesinas del fútbol mundial.

Por Junta Histórica

José Luis Félix Chilavert ya tenía patente de ídolo para la hinchada fortinera. Además de haber anotado, en La Plata, el penal que nos dio el tan demorado título en el Clausura 1993, era campeón de América y del Mundo, y acababa de ganar el Torneo Apertura 1995. Como si esto fuera poco, una tarde de octubre de 1994, le había marcado el primer gol de tiro libre de su carrera a Marcelo Pontiroli, de Deportivo Español, en el José Amalfitani.

Sin embargo, si algo faltaba para que la leyenda guaraní se agigantara aún más, eso sucedió el viernes 22 de marzo de 1996.

Vélez comenzaba a recorrer el camino que lo llevaría al bicampeonato, y en la tercera fecha del Clausura le tocó recibir a River Plate en Liniers.

En una jornada de inclemencias climáticas y lluvia persistente, el partido no arrancó bien para el Fortín. Juan Gómez puso en ventaja a la visita y con la mínima diferencia  a favor de los riverplatenses se cerró el primer tiempo. Apenas iniciada la segunda mitad, después de un desborde de Christian Bassedas, la pelota le llegó a Fernando Pandolfi quien igualó el encuentro con un frentazo.

El trámite del cotejo era levemente favorable al conjunto dirigido por Carlos Bianchi hasta que en el minuto 67 sucedió lo impensable, impensable para todos menos para él. Lo que parecía una falta intrascendente de Enzo Francescoli sobre el Pacha Cardozo, unos metros dentro del campo velezano, se transformó, por obra y gracia del inmenso paraguayo, en un instante que quedará grabado por siempre en la historia grande del fútbol mundial.

Cuando nadie lo esperaba, ni lo entendía, Chilavert salió corriendo de su área y se arrimó hasta donde Christian Bassedas y Mauricio Pellegrino se preparaban para poner en juego el balón. Se adelantó a ellos y disparó un zurdazo imponente. La pelota recorrió 60 metros, superó la humanidad del árbitro Carlos Mastrángelo -inclinada ante la majestuosidad del remate-, se hundió en lo más alto y profundo de la noche y cayó a espaldas de un adelantado Germán Burgos -que tropezó mientras retrocedía desesperadamente-, para picar adentro del arco y convertirse en uno de los goles más espectaculares de los que se tenga memoria.

Luego llegaría el empate millonario a cargo de Hernán Crespo y, para que la fiesta fuera completa, Marcelo Herrera, en el último minuto de descuento, puso el 3 a 2 definitivo para Vélez.

Pasaron 23 años, pero aquel gol de Chila permanece en la memoria, en el corazón y en la emoción de todos los fortineros porque fue y será, nunca mejor aplicada la frase, un gol para todos los tiempos.

Síntesis

VÉLEZ SARSFIELD   3

José Luis Chilavert; Flavio Zandoná, Roberto Trotta, Mauricio Pellegrino, Raúl Cardozo; Marcelo Herrera, Marcelo Gómez, Christian Bassedas, Patricio Camps (70' Carlos Compagnucci); Fernando Pandolfi (52' Martín Posse), José Flores (89' Sebastián Méndez).
DT: Carlos Bianchi.
Suplentes: Sandro Guzmán, Darío Husain.

RIVER PLATE   2

Germán Burgos; Gustavo Lombardi, Celso Ayala, Juan Gómez, Guillermo Rivarola; Matías Almeyda, Leonardo Astrada (80' Hernán Crespo), Néstor Cedrés (77' Marcelo Gallardo), Ariel Ortega; Enzo Francescoli, Gabriel Amato.
DT: Ramón Díaz.
Suplentes: Joaquín Irigoytía y Pablo Lavallén.

Estadio: José Amalfitani
Árbitro: Carlos Mastrángelo
Goles: 29' Juan Gómez (RP), 48' Fernando Pandolfi (VS), 67' José Luis Chilavert (VS), 86' Hernán Crespo (RP), 90' Marcelo Herrera (VS)