Homenajes

Un crack único e irrepetible

Daniel Willington, ?El Cordobés?, nació paradójicamente en Santa Fe el 1 de septiembre de 1942. Fue el prototipo, el modelo, el arquetipo de una especie en extinción: el enganche o número diez. Un crack deslumbrante, talentoso, inteligente, creador, organizador con panorama. Para el vocabulario aggiornado de estos tiempos, ?alguien que entendía el juego?.

La voz adormilada, el tono, el acento y el inconfundible cántico cordobés, se asocian con la chispa, la espontaneidad y la repentización, facetas resaltantes de su atrayente y seductora personalidad.

Un martes cualquiera. Un rato antes de las cuatro de la tarde. Digito en un teléfono con altavoz 0351, prefijo que corresponde a la ciudad de Córdoba. Luego de dos llamados se produce este dialogo:

 

¿Hola?

 

Hola Daniel, discúlpame, te hablo de la revista oficial del Club, necesitaría por favor realizarte una entrevista.

 

Daniel-Estaba durmiendo la siesta, casi te puteo (risas), pero si es para Vélez dale, no hay problema, corto con vos y sigo.

 

La voz adormilada, el tono, el acento y el inconfundible cántico cordobés, se asocian con la chispa, la espontaneidad y la repentización, facetas resaltantes de su atrayente y seductora personalidad.

 

La sola mención de sus motes o seudónimos; ?El Cordobés?, ?El Maestro?, ?El Loco?, ?El Daniel de los Estadios?, según un poema escrito por la pluma prestigiosa de Nilo Neder; remite instantáneamente a su identidad. Son pocas las figuras que pueden ufanarse de ello.

 

Daniel Willington, ?El Cordobés?, nació paradójicamente en Santa Fe el 1 de septiembre de 1942. Fue el prototipo, el modelo, el arquetipo de una especie en extinción: el enganche o número diez. Un crack deslumbrante, talentoso, inteligente, creador, organizador con panorama. Para el vocabulario aggiornado de estos tiempos, ?alguien que entendía el juego?. Estaba dotado de aptitudes y condiciones técnicas excepcionales. Además de ser dueño de un gran manejo del balón; era hábil, desequilibraba con su gambeta y escondía el balón como ninguno aprovechando su físico privilegiado. Dueño de una pegada de billar fantástica- quizás su mayor virtud-, combinaba potencia con precisión y le permitía realizar cambios de frente de 50 mts con llamativa justeza y habilitar quirúrgicamente a sus compañeros delanteros dejándolos mano a mano con el arquero rival  en posición de definición. Su capacidad de remate lo convirtió también en un eximio ejecutante de tiros libres. Y era guapo, muy guapo. Y buen tipo, muy buen tipo. Alguna vez Pelé maravillado por su juego señaló que era el mejor jugador del mundo. Aquellos que disfrutaron de su genio, de sus atributos, aseguran que era displicente y que ?jugaba en la sombra? (sic); pero también reconocen que no necesitaba a Febo porque su estrella brillaba con luz propia. Ídolo indiscutido y venerado por dos parcialidades, Vélez y Talleres; está ubicado sin dudas en el podio de los mejores futbolistas que vistieron nuestra camiseta.

 

Llegó a Vélez con 19 años en 1961, de la mano de Victorio Spinetto. Había debutado en la primera tallarín a los 16. Jugó 212 partidos y marcó 65 goles. Permaneció en el Club hasta 1970 y fue pieza clave y referente en la obtención del primer título profesional en 1968. Emigró a México, pasó fugazmente por Huracán-en una negociación que llevó a cabo Ringo Bonavena-, volvió a Talleres y culminó su carrera en Vélez en 1978. Diez años más tarde dirigió técnicamente al plantel de primera división de nuestra institución.

 

Recuperado de una intervención cardíaca y descansando en La Docta, su lugar en el mundo, este fantasista e ilusionista de la pelota, repasa su pasado, su trayectoria como futbolista y cuenta su actualidad para las páginas de Vélez Magazine.

 

-¿Cómo andas de salud?

-Bien, muy bien.

 

-¿Te cuidás?

-No, cuidar no me cuido (risas), solo camino todos los días.

 

-En la infancia ¿Dónde jugabas?

-En todos los barrios de Córdoba, tenía muchos amigos y aprovechábamos los fines de semana para disputar desafíos con otros vecindarios.

 

-Si bien no había televisión, seguro había algunos jugadores en Córdoba a quienes admirabas o imitabas?

-Uno fue Miguel Antonio Romero que en Buenos Aires fue compañero de Tucho Méndez y otro que me gustaba mucho se apellidaba Sánchez y compartió equipo con el ?Gitano? Juárez y el ?Flaco Menotti?, de ellos copié algunos movimientos que luego trasladé a mi juego.

 

-Para el que no te vio jugar, ¿Con que colega de la actualidad te comparas, o quien tiene más similitudes con tus condiciones?

-Riquelme tiene aptitudes parecidas, pero creo que mi juego se asemejaba al de Zinedine Zidane.

 

-Previo a tu incorporación a Vélez, ¿Tuviste ofertas de otras Instituciones?

-Me quisieron llevar a Italia, pero mi vieja no quiso, era muy joven. Hubo acercamientos y sondeos de River, Newell?s, Rosario Central y Boca pero todos tenían dudas por los comentarios sobre mi conducta y mi afición por la joda y los bailes. Vélez concretó, hizo el esfuerzo y se la jugó. De cualquier modo Don Pepe me puso los puntos y le agradecí con fútbol, no podía defraudarlo. Viví dos años debajo de la tribuna, solo, sin mi señora.

 

-¿Cómo era tu relación con Amalfitani?

-Don Pepe tenia un trato preferencial hacia mí, el no fue un presidente, fue como un padre, pero aclara, me bajaba la caña (sic) cuando correspondía; y yo era para él como su hijo, no un futbolista.

 

Daniel, quien lloró ante su féretro el día de su muerte, recuerda con afecto a otras personas que hicieron que su estadía en Buenos Aires fuera más llevadera, ?Pepe Hernández me cuidó mucho y Don Victorio fue otro papá, fue el primero que me invitó a comer a un restaurante con mi familia. No se cual era la causa pero se encariñaban conmigo y tenían una actitud diferente, más amistosa, más apegada.

 

-¿Qué pasó con la selección?

-Era otra época, nunca quise estar. En 1962 fui internacional y el primer provinciano citado por Duchini para una preselección juvenil que se preparaba para los Juegos Olímpicos de Roma. Jugué el preliminar del partido Argentina-España. No me desvivía estar, no tenía, ni daba el prestigio de estos tiempos. Encima Amalfitani se enojaba cuando volvía lesionado o cansado y me decía que le fuera a cobrar a la AFA. No me representó ninguna satisfacción, afirma convencido.

 

-¿Sufriste el retiro?

-No, para nada, pese a un problema en la cadera seguí jugando con amigos.

 

-¿Viste al Vélez campeón del Clausura?

-Miré varios partidos por televisión y hace un par de semanas tuve la oportunidad de saludar al ?Flaco?, que estuvo de visita en Córdoba por un nuevo aniversario de la obtención de la Conmebol. Los chicos juegan bien, se complementan correctamente, se les nota las ganas-algo fundamental-subraya,  y los refuerzos fueron valiosos. Ricardo supo amalgamar con acierto todas las piezas. Es un plantel que le puede brindar al Club muchas alegrías. 

 

-¿Se parece en algo al del 68?

-Pasaron cuarenta años, el futbol cambió, aquel era un equipazo, con grandes futbolistas, Carone, Ríos, Marín, Solórzano, Gallo. Nos conocíamos de memoria, llevábamos varias temporadas juntos, todos sabíamos a la perfección lo que había que hacer dentro de la cancha.

 

-¿Un gol?

-Dos, el que le hice por la Copa de Oro de Uruguay a Mazurkiewicz y uno muy parecido al de Diego a los ingleses que le marqué al Spartak. No tengo, ni sé si hay videos, regalé todas las camisetas que había intercambiado, no me quedó nada.

 

-¿Un técnico?

-También dos, Spinetto y mi viejo, que era además un gran jugador y un hombre muy querido.

 

-¿Un partido?

-La final del 68 con Racing. Me quedó la espina de no haber convertido, pude hacerlo de penal pero le había prometido a Wehbe que iba a señalar tres goles y le cumplí la promesa.

 

-¿Cómo evalúas tu paso como entrenador?

-Realizamos una aceptable campaña, quedamos eliminados por diferencia de goles. En Córdoba logré el ascenso con Talleres y subí de categoría a varias entidades cordobesas.

 

-¿Extrañas Vélez?

-No extraño porque siempre me llaman o me invitan a eventos, pero aprovecho esta página para mandarles un saludo a todos los simpatizantes, y en especial a María, a Lelo y a Carlitos.

 

 ?El Loco?, como lo llamaba Amalfitani, retorna al descanso vespertino cordobés. Es una pena que la tecnología no haya inventado el papel con audio porque en el final nos deja varias anécdotas-por razones de espacio rescatamos una-, de las tantas que tiene en su haber, y su irrepetible interpretación es mucho más jugosa que el relato mismo.

 

?Viajé a Buenos Aires convocado a la selección. Estaba en el predio, dentro del vestuario, cuando ingresa el entrenador-no vale la pena mencionarlo-, y me pregunta ¿Usted quien es? ¿Que hace acá?, váyase; ?Nada, le contesté- no le iba a decir que venía a jugar si ni siquiera me conocía-?. ?Me levanté para irme y escuché que el Loco Gatti le informaba que era Willington, entonces, de mejor manera, me pidió que me quedara. Me di vuelta, lo miré, lo mandé a la puta que lo parió y me volví a Córdoba?.

 

Alguna vez el maestro Renato Cesarini apuntó ?Es un jugador excepcional. Con la pelota su rendimiento es del ciento por ciento, sin la pelota baja a un sesenta por ciento, pero que quiere que le diga, si no disminuyera a ese porcentaje habría que pensar que es de otro planeta. Yo quisiera tenerlo en mi equipo; nunca en el de enfrente?. Jorge ?Finito? Ruiz, quien fuera su director técnico en Vélez, lo definió con clara precisión: ?A Daniel no lo mando a cumplir ninguna función. A un jugador de su jerarquía, de su calidad, no le puedo enseñar nada. Yo lo quiero para crear. Con dos o tres jugadas por partido ya es suficiente. En un partido, llevé minuciosa estadística y metió 7 pelotas reales de gol ¿Cuantos jugadores hay capaces de hacer eso??.

 

Daniel Willington era el virtuoso con botines y pantalones cortos que hacía sencillo lo que para el resto era imposible. La materialización física de nuestros sueños o anhelos de futbolistas frustrados. Fue un artista que expresó sobre los campos de juego la estética armonía entre el hombre y la pelota. El Daniel, era la sublimación de la técnica al servicio de la eficacia. El ?Cordobés? es,  sin dudas, el jugador más dotado en la centenaria vida del Club.

 

Willington fue, es y será un crack único e irrepetible.

 

Gabriel Martínez.

 

LO BUENO DE INGLATERRA

Por Osvaldo Gorga

Los argentinos no podemos negar la influencia que ha tenido la Gran Bretaña en nuestra formación como país.  Esa influencia ha  sido singularmente importante en lo cultural, y prácticamente decisiva en cuanto se  refiere a la práctica de los deportes, entre los cuales sobresale el fútbol con caracteres netos.

 

También nos han transmitido su forma de vestir, el grato hábito  de beber  whisky,  esas odiosas costumbres victorianas de los cogotudos, y a nosotros, los que somos de Vélez, el segundo apellido del prócer que nos identifica (Sarsfield) y, además, un cordobés que vaya a saber en que época tuvo algún antepasado de origen británico.

 

 Vélez Sarsfield dio al fútbol argentino incontable cantidad de jugadores brillantes, (muchos insuperables)  y sería  injusto destacar a alguno de ellos por sobre los demás, pero aquí con el respeto debido, vamos a hacer una excepción para referirnos a un talentoso y quijotesco crack, que en su momento, no sólo los que somos hinchas y amigos suyos, sino toda  la afición del país, lo catalogó como un auténtico genio del fútbol...

 

Modesto por naturaleza, nunca le dio mayor trascendencia a su arte de jugar al fútbol. Su filosofía le indicaba que debía hacerlo de la mejor manera posible pues esa era su profesión, pero dueño de una personalidad alegre y desenfadada, no desdeñó por eso otros atractivos que la vida le ofrecía, algunos tan inocentes como ir a pescar pejerreyes o cocinar un lechón al asador,  comer una ensalada de cebollas en la cantina?Don Carlos? los sábados por la noche, y otros no tan candorosos pero que igualmente disfrutaba sin sentimiento de culpa

 

 De no ser por su extraordinaria calidad humana, se lo podía confundir con un androide que los científicos hubieran programado para jugar al fútbol, dotándolo de una inteligencia superior que le permitía desarrollar todas las tácticas del juego con una perfección tal, que más que un hombre común, parecía un ser sobrenatural ideado para practicar ese deporte.

 

 Esos atributos le permitían anticiparse a las jugadas y resolverlas con una naturalidad por momentos exasperante, ya que sus movimientos llenos de una lánguida elegancia, parecían ejecutados con una displicencia casi rayana en el desgano.

 

Fue el crack más disfrutado por todos nosotros, y al mismo tiempo el más consentido, a punto tal que hasta Don Pepe le perdonaba sus continuas diabluras de muchacho juguetón,  y lo aconsejaba y protegía como a un hijo propio. La reciprocidad a ese cariño fue la que nos lo hizo ver llorando por única vez, junto al féretro que guardaba los restos del prócer velezano.

 

Un partido en que jugaba ?el Cordobés? exigía del espectador una cuota de imaginación extra. En apariencia era igual a sus compañeros y rivales, pero la fantasía de su juego y la delicada elegancia de su accionar, lo transformaban en un mago como ?Mandrake?, vestido con frac, capa  y galera, de la que brotaban toda clase de maravillas.

 

Virtuoso como ninguno, pero indiferente a la seducción, jamás se rindió a los casquivanos caprichos de una pelota de fútbol, que.... ¡Mujer al fin! ......pretendió hechizarlo con su engañoso embrujo; fingiendo ser resignada y accesible, para rebelarse después, histérica é indomable, en un devaneo humillante y burlón. ¡Nunca pudo hacerlo con la cachacienta sapiencia de nuestro hombre! Este, seductor impenitente, con la confianza que le daba su infinita clase la dejaba hacer,  endemoniada al principio en sus imprevisibles convulsiones,  hasta que de pronto con un ligero y casi amoroso toque de su pie, la serenaba primero y luego ya entregada y mimosa, la manejaba como quería, ensayando un preciso pase para habilitar a un compañero a cincuenta metros de distancia, o depositándola en la red del arco contrario en el lugar imposible de alcanzar por el arquero adversario.

 

Cuando en el 69 el estadio José Amalfitani inauguró su sistema de iluminación eléctrica, nuestro primer equipo disputó un partido contra el famoso Santos de Brasil. Al término del encuentro, un joven de piel morena, maravillado por la actuación del Cordobés?, corrió a pedirle la camiseta. Ese joven era nada más y nada menos que el mejor jugador del mundo y se llamaba Edson Arantes do Nascimento, más conocido por el seudónimo de ?Pelé?. ¿Le suena?

 

La forma casi amanerada de sus desplazamientos, hizo creer a algunos adversarios que lo enfrentaron, era la expresión de debilidad en el carácter de nuestro ídolo. Bastaron pocos partidos para que advirtieran su gruesa equivocación, pues Daniel les demostró en el terreno que fuera, que ante la mala intención, reaccionaba con respuestas que no dejaban lugar a duda alguna.

 

Para historiar la carrera de ese ?pibe? inolvidable que fue Daniel Willington, con sus memorables actuaciones, la aristocrática elegancia de su desplazamiento, sus prodigiosas anécdotas,  las graciosísimas ocurrencias, esa cariñosa amistad que irradiaba su persona, sus desfachatadas picardías, el desinterés y la generosidad de todos sus actos, etc., necesitaríamos varios volúmenes, pero resumiendo todo ello y prescindiendo de toda preferencia personal, no diremos que fue el mejor, el más inteligente, el más trabajador, el más pensante, el más solidario, etc. etc. etc.; Simplemente diremos que fue. ¡¡ ?El jugador de fútbol?!!

 

Todos sus Goles

 

Fecha

Dia

Resultado

Arbitro

Estadio

Goles

Rival

5

19/04/1962

3 a 1

Praddaude

Chacarita

1(27)

Chacarita

6

17/06/1962

1 a 1

Bossolino

Velez

1(15)

Indepte

14

26/08/1962

3 a 1

Velarde

Ferro

2(49,73)

Ferro

17

26/09/1962

2 a 2

Brozzi

Quilmes

1(17)

Quilmes

23

28/10/1962

1 a 3

Ventre

Velez

1(1)

Atlanta

1

28/04/1963

2 a 1

Velarde

Velez

1(23)

Racing

5

26/05/1963

2 a 2

Velarde

Banfield

1(25)

Banfield

8

23/06/1963

3 a 3

Turner

Velez

1(67)

River

10

19/07/1964

3 a 2

Comesaña

Estudiantes

1(44)

Estudiantes

23

18/10/1964

4 a 1

Minutella

Velez

2(47,66)

R.Central

26

08/11/1964

1 a 1

Goicoechea

Banfield

1(51)

Banfield

30

06/12/1964

3 a 0

Praddaude

Newells

1(9)

Newells

2

25/04/1965

2 a 1

Coerezza

Velez

1(17)

Huracan

3

29/04/1965

3 a 1

Minutella

Argentinos

1(25)

Argentinos

8

22/05/1965

5 a 1

Spinetto

Velez

1(7)

Gimnasia

11

13/06/1965

2 a 2

Guazzardi

San Lorenzo

1(27)

San Lorenzo

13

20/06/1965

3 a 1

Bossolino

Velez

1(56)

Banfield

20

26/09/1965

4 a 0

Goicoechea

Velez

1(30)

Argentinos

22

10/10/1965

1 a 1

Spinetto

Velez

1(55)

Racing

28

14/11/1965

3 a 2

Spinetto

Velez

1(60)

San Lorenzo

29

21/11/1965

1 a 4

Coerezza

Atlanta

1(5)

Atlanta

30

28/11/1965

1 a 1

Barreiro

Banfield

1(17)

Banfield

32

08/12/1965

1 a 1

Velarde

Newells

1(87)

R.Central

1

06/03/1966

2 a 1

Minutella

Gimnasia

1(18)

Gimnasia

32

16/10/1966

3 a 1

Coerezza

Argentinos

1(78)

Argentinos

38

01/12/1966

3 a 0

Cruces

Boca

1(3)

Boca

2

12/03/1967

1 a 3

Bossolino

Newells

1(8)

Newells

5

04/04/1967

5 a 3

Minutella

Velez

1(86)

Colon

9

30/04/1967

3 a 1

Cruces

Velez

1(26)

Atlanta

13

28/05/1967

1 a 1

Minutella

Velez

1(9)

Newells

22

01/08/1967

1 a 1

Pestarino

Racing

1(15)

Racing

1

10/09/1967

3 a 2

Pestarino

Lanus

1(79)

Lanus

2

17/09/1967

1 a 0

Nimo

Velez

1(9)

S.Martin(M)

5

08/10/1967

8 a 1

Goicoechea

Velez

2(60,64)

S.Lzo(Mdp)

6

13/10/1967

2 a 0

Nimo

Quilmes

1(9)

Quilmes

13

03/12/1967

2 a 1

Nimo

Velez

1(20)

River

15

17/12/1967

2 a 2

Spinetto

San Lorenzo

2(28,89)

San Lorenzo

6

07/04/1968

2 a 1

Brusca

Velez

1(19)

Huracan

7

14/04/1968

2 a 1

Nimo

Chacarita

1(82)

Chacarita

12

19/05/1968

1 a 1

Comesaña

Ferro

1(89)

Ferro

13

24/05/1968

2 a 2

Nimo

Quilmes

1(56)

Quilmes

14

02/06/1968

3 a 0

Cruces

Velez

1(87)

Los Andes

3

23/09/1968

1 a 2

Ithurralde

San Lorenzo

1(25)

San Lorenzo

12

24/11/1968

5 a 2

Bossolino

Racing

1(62)

Indepte

4

16/03/1969

2 a 2

Alvarez

Velez

1(37)

Chacarita

5

23/03/1969

5 a 1

Goicoechea

Lanus

1(58)

Lanus

7

03/04/1969

1 a 0

Ithurralde

Platense

1(47)

Moron

4

28/09/1969

2 a 3

Ducatelli

Velez

1(24)

Quilmes

5

05/10/1969

2 a 1

Brusca

Lanus

1(77)

Lanus

2

26/03/1970

3 a 1

Ithurralde

Chacarita

1(6)

Chacarita

8

03/05/1970

1 a 3

Oviedo

Velez

1(7)

Newells

16

28/06/1970

2 a 1

Casayouz

Velez

1(63)

Platense

18

12/07/1970

1 a 3

Ithurralde

Velez

1(33)

Huracan

19

22/07/1970

2 a 0

Mayo

Banfield

1(22)

Lanus

1

06/09/1970

3 a 1

Leiró

Velez

2(45,48)

Banfield

2

13/09/1970

3 a 3

Busca

E.S.Martin

1(44)

Kimberley

3

20/09/1970

3 a 3

Casayouz

Velez

1(58)

Indepte

4

26/09/1970

2 a 1

Nitti

Velez

1(88)

San Lorenzo

18

08/12/1970

4 a 0

Mayo

Velez

1(48)

S.Martin(Sj)

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Daniel Willington

Daniel Willington

Daniel Willington, “El Cordobés”, nació paradójicamente en Santa Fe el 1 de septiembre de 1942. Fue el prototipo, el modelo, el arquetipo de una especie en extinción: el enganche o número diez. Un crack deslumbrante, talentoso, inteligente, creador, organizador con panorama. Para el vocabulario aggiornado de estos tiempos, “alguien que entendía el juego”.