No pasa por vivir de recuerdos ni aferrarse al pasado. Esto va más allá. Y tiene relación directa con saber quién sos y dónde estás parado. Las similitudes y diferencias entre aquel 2005 y este presente 10 años después, son muchas. ''Aquello fue un gran punto de partida'', canta Andrés Calamaro en medio de una canción de amor que no necesariamente tiene que ver con los caminos del fútbol pero sí describe lo que significa volver a despertar pasiones de un no tan viejo palpitar. Vélez Sarsfield sabe muy bien cómo gestar epopeyas, ganar títulos. Y si bien el presente es de lucha y lejos de los laureles, la senda de la coronación entre los equipos del medio local, al menos en los últimos 22 años, varias veces estuvo tapizada con una alfombra azul y blanca.

En vísperas del aniversario que se venía, Miguel Ángel Russo le comunicó hace unas semanas a Carlos Maceira que sería bueno reunir aquel grupo campeón del Clausura 2005, el primer título de varios de los pibes del club Categoría 1980, 81, 82, 83, 84 y 85, como también del propio Entrenador. Así, el Presidente del Departamento de Prensa, junto a Mariano Armentano (Gerente de Fútbol Profesional) y el Presidente de la Villa Olímpica, Félix ''Cacho'' Ivaldi, fueron dándole forma al pedido de Russo. Se cursaron las invitaciones y absolutamente todos los integrantes del Plantel versión 2005 aceptaron gustosos el convite, pero por distintas obligaciones con sus clubes (Emmanuel Centurión, Pablo Batalla y Maximiliano Bustos, en México, China y San Juan respectivamente), lo propio Darío Ocampo (En Libertad de Paraguay) y Mauro Zárate, en Inglaterra, no pudieron asistir. No así Gastón Sessa, imposibilitado de conseguir pasajes para ir y venir en la menor cantidad de tiempo posible desde la Provincia de Corrientes o Rolando Zárate, ausente por un problema familiar.

Provenientes del amistoso que se jugó por la tarde ante Independiente, el Cuerpo Técnico de aquel campeón compuesto por Miguel Ángel Russo, Hugo Gottardi y Guillermo Cinquetti, fueron los primeros en llegar a la Villa Olímpica, de igual forma el Doctor Ricardo Coppolecchia y los Kinesiólogos Carlos Leoni y Claudio Estenssoro junto al Masajista Salvador Frega. Y de a uno fueron llegando los jugadores: Sebastián Peratta y Juan Manuel Martínez, los dos primeros. Luego hicieron su presentación Ariel Broggi, Santiago Bianchi, Hernán Pellerano y Lucas Castromán. No tardaron en sumarse Walter Alcaraz, Leandro Somoza, Maximiliano Pellegrino, Leandro Gracián, Federico Arias, Jonás Gutiérrez, Santiago Ladino, el querido Marcelo Bravo, Fabricio Fuentes, Mariano Uglessich, Roberto Nanni y por último, Fabián Cubero. También participaron del homenaje el actual Secretario Técnico de Fútbol Amateur, Pedro Larraquy, y el Coordinador de Preparadores Físico de Divisiones Inferiores, Mariano Pizzoglio; ambos formaron parte del grupo de trabajo que condujo a Vélez a su 11º estrella.

Mientras que de la actual Comisión Directiva estuvieron Guillermo Pizzoglio (Vicepresidente también en el período 2002-2005), Adolfo Chutchurru, Raúl Argüelles, Álvaro Balestrini, Hugo Barbonetti, Silvio Nucera y Carlos Figueroa. Además de los nombrados Ivaldi, Maceira y Armentano. Formando parte de la Delegación, de igual forma en estos tiempos, Miguel Torres, Jefe de Seguridad del Plantel, también se sentó en la mesa de los campeones.

Era cuestión de verlos abrazarse y reírse. Arrancar a recordar una anécdota o contar reseñas de su presente, que se sumaba un nuevo invitado y a empezar de nuevo. La mesa los esperaba servida para degustar un exquisito asado. Un grupo unido como aquel entonces volvió a sentir el calor del comedor que los albergó por 19 fechas para abrazar la gloria. Y entre aquellos campeones, también estuvieron los actuales jugadores del Fortín, Milton Caraglio, Alan Aguerre y Leandro Desábato, quienes se fueron acoplando a los distintos grupos para escuchar historias y reírse a la par.

Estupendamente atendidos por el personal de la Villa Olímpica, una larga sobremesa se extendió para ponerse al día y luego darle paso a las alocuciones. Ivaldi explicó cómo ser gestó el homenaje y así fueron desfilando Pizzoglio, Russo, Jonás, Fuentes y Cubero.

El Vicepresidente recordó aquel campeonato situando su punto de partida en el doloroso cierre del año 2004, con un Vélez subcampeón detrás de Newell´s. Reconoció la entrega y el valor del grupo como así también lo hizo el actual Entrenador del Fortín: ''Hay que disfrutar de todo esto porque es lo único que queda de la carrera de un futbolista'', señaló Russo. Luego tomó la palabra Jonás Gutiérrez, quien recordó el difícil momento que vivió hace poco más de un año y dijo que ''estoy muy feliz con este presente. Vélez me abrió las puertas en todo momento y si no fuera por este club, yo no sería el que soy''. Fabricio Fuentes apuntaló el campeonato del 2005 como un trampolín para la mayoría de aquellos chicos. ''Pudimos hacer algo por el club y hoy los veo a muchos de ustedes, que gracias a aquel despegue, han triunfado luego en varios clubes. Destaco que somos gente humilde y agradezco a mis compañeros por haberlo dado todo en pos de una gran coronación'', cerró el Capitán de aquel equipazo.

Y del Capitán del 2005 al del 2015, porque Fabián Cubero no podía quedarse afuera. ''Agradezco por esta posibilidad que nos da el reencuentro. Algunos están más viejos, otros mas gorditos (risas), pero ha sido un placer volver a vernos. Quedar en la historia de este club es algo muy lindo. Gracias a todos'', cerró diciendo Poroto. De haber estado presente, Raúl Gámez hubiera tomado el micrófono, pero el actual Presidente no pudo concurrir a la Villa Olímpica porque era el día de su cumpleaños y se juntaba en familia.

El brindis que encabezó Balestrini derivó en uno de los momentos más emotivos de la noche. Todos los presentes disfrutaron de un video con imágenes del 2005 y por ahí volvió a filtrarse alguna que otra lágrima. Los goles del Roly, las atajadas del Gato, las gambetas del Tano y el Burrito; un hermoso compilado para mostrar porque el Vélez de Russo fue un equipazo. Con 9 de 11 titulares surgidos de la cantera Fortinera y un pulido estilo de juego que mezclaba entrega y el buen trato por la pelota, anoche en la Villa Olímpica hubo olor a campeón. Y si 20 años no es nada, como dice el tango, seguramente 10 lo sean mucho menos. No pasa por vivir de recuerdos ni aferrarse al pasado, es cuestión de saber medirse con el traje que hasta hace muy poco te quedaba pintado y porque no, en un tiempo volver a lucirlo. Por eso, siempre es bueno tener presente los ejemplos a seguir.