Subcomisión del Hincha

Versailles: Barrio 100% Fortinero

Si uno quiere investigar sobre Versalles, o Versailles como el cartel de la antigua estación ostentaba en letras blancas sobre el panel negro, encontrará que es uno de los barrios en los que se encuentra dividida la Ciudad de Buenos Aires. Para Leandro González Numa, Versailles no encierra calles. Sí una identidad. No queda delimitada por ninguna de las calles mencionadas: sí por un rectángulo de tela. En 4 metros de largo, por 1 de ancho.

Como cualquier trapo seguidor, Versailles tuvo que correr peligro, y generar la falta de aire de su creador que recuerda dos situaciones: una fuera y otra dentro del propio José Amalfitani.

Si uno quiere investigar sobre Versalles, o Versailles como el cartel de la antigua estación ostentaba en letras blancas sobre el panel negro, encontrará que es uno de los barrios en los que se encuentra dividida la Ciudad de Buenos Aires. Si se quisiera ahondar en detalles, saltará a la vista que forma parte de la Comuna 10 junto con Villa Real, Monte Castro, Vélez Sársfield y Villa Luro. Y que, por ende, está conformada por las calles Nogoyá, Irigoyen, la Avenida Juan B. Justo y la General Paz. Pero para Leandro González Numa, Versailles no encierra calles. Sí una identidad. No representa sus vecinos, sí un sentimiento. Y no queda delimitada por ninguna de las calles mencionadas: sí por un rectángulo de tela. En 4 metros de largo, por 1 de ancho, Leandro encontró lugar suficiente para que todos vean desde donde nacía su pasión por el Club Atlético Vélez Sársfield.

 

El trapo de Versailles no fue el primer que el protagonista de estos párrafos creo para identificarse. Sin embargo, sí logró que fuese el que lo identificó. ?Yo tenia otro trapo: era como la bandera de Noruega, pero en vez de ser roja con la cruz azul, la tenía verde. Y con bordes blancos. Esa la hice en el ?98, y un año después me di cuenta que no era muy representativa. Por eso hice la otra: además no había bandera de Versailles?.  Las limitaciones de la época para ingresar trapos, con los que el juez Perrotta intentaba apalear la violencia, no fueron un impedimento. Las leyes obligaban a ingresar banderas no superiores a los 2 metros x 1, por eso hecha la trampa, Leandro no se quedó con las ganas: cortó el trapo en dos pedazos de tela de 2x0.50 mts. y así empezó la peregrinación por las canchas argentinas, y del mundo.

 

?El debut fue en cancha de Ferro. Habían suspendido la cancha de Vélez, y por la Copa Mercosur contra Gremio hicimos de local ahi. Empatamos 1 1 allá por junio del 99 (miércoles 28, para ser exactos). Desde ahí,fue religiosamente hasta el campeonato que perdemos por la cagada de Sessa, allá por fines del 2004. Después, siguió yendo alternadamente, pero con muchos viajes al exterior. Viajó a México, Venezuela, Ecuador, Brasil, Chile y Uruguay?. Aquella calurosa tarde de diciembre, cuando el Gato quedó en el centro de las puteadas fortineras por su error que decantó en la igualdad 1 1 con Arsenal (y la consecuente imposibilidad de pelear por un desempate con el finalmente campeón Newell's), fue la última vez que Versailles pisó el Amalfitani con asistencia perfecta. "Ahora está jubilada, pero puede llegar a volver en algún viaje afuera" dice su dueño, a sabiendas que las casi ininterrumpidas participaciones del Fortín en las competencias internacionales, pueden despertar una travesía en cualquier momento. 

 

Como cualquier trapo seguidor, Versailles tuvo que correr peligro, y generar la falta de aire de su creador que recuerda dos situaciones: una fuera y otra dentro del propio José Amalfitani. "La bandera corrió peligro varias veces. Una vez contra Morelia, aca en Vélez. A los mexicanos le dieron parte de la Sur baja: la mitad era Velez y en la otra había 10 de Morelia. Al ratito llegó un grupito con remeras de Chicago, y una bandera que decía Tablada con Morelia. Apenas me di cuenta corrí a sacarla pero la policía no me dejaba pasar a buscarla. Tuve que saltar,  colgarme de la bandera y volver por la platea. La otra vez, fue justamente en México. Estuvo bastante complicado: nos ganaron 3 0, pero no perdimos nada por suerte".

 

Versailles formó parte de los alambrados del fútbol argentino alrededor de cinco años. Ocupó el paisaje de las canchas del país, y representó a Vélez en el exterior. Era sinónimo de las banderas más tradicionales del folclore, esas que significan pertenencia a un barrio. Fidelidad a los colores. Hoy reposa en la casa de su autor, pero de más está decir que él sigue yendo a rajatabla ahí donde juegue el Fortín.