Fútbol

El 10 tiene su estatua

En la noche del viernes, y ante una multitud que colmó el Espacio Multifunción II, quedó al descubierto la estatua de Daniel Willington, el genial jugador que maravilló con su talento a todo pueblo velezano y a los amantes del fútbol en general en la década del 60, y fue partícipe vital en la obtención del primer título de nuestra historia, el Torneo Nacional 1968.

14 de diciembre de 2018. Esta fecha quedará grabada por siempre en la memoria fortinera. El amor no se explica, se siente. Y el Espacio Multifunción se abarrotó de enamorados de ese desfachatado que los deslumbró desprendiendo conejos de su inagotable galera, del que los hizo felices con sus malabares, del que los hizo sentir orgullosos de ser de Vélez.

A las 20:10 Daniel Willington ingresó al ámbito donde iba a ser reconocido y el aura del buen juego se instaló en la atmósfera. El hechicero volvió a encantar como lo hacía hace casi medio siglo.

Willington mantuvo sobre el escenario un diálogo muy ameno con el conductor de la velada, Álvaro Norro, y desplegó sobre las tablas la misma desenvoltura que demostraba en los terrenos de juego. El cordobés nacido en Santa Fe recordó sus comienzos; la relación con su padre apodado el Toro-otro muy buen futbolista; su arribo a Vélez; y sobreabundó en elogios para con José Amalfitani, quien siempre tuvo una particular predilección por él. El nutrido público presente festejaba y seguía con particular interés su relato.

Llegó el turno de los sorteos de camisetas entre los 139 aportantes que hicieron posible la concreción de esta nueva estatua. Tras esta acción, en una pantalla gigante ubicada a la derecha del escenario, hinchas del club brindaron su testimonio sobre las cualidades futbolísticas y humanas del talentoso volante creativo. Se repetían las adulaciones y los cumplidos, se notaba en cada uno ellos la profunda admiración por el ídolo, “era un fenómeno”, “un bailarín dentro de la cancha”, “fue mejor que Pelé y Maradona”, y cerraban sus alabanzas con un “además era un gran tipo”. Las loas de los fanáticos del 10, fueron la antesala para la aparición audiovisual de Carlos Bianchi, quien desde Francia le envió su mensaje al homenajeado: “Te lo merecés, esta es tu fiesta, nunca me voy a olvidar de tu elegancia en lo civil y como jugador, te deseo muchas felicidades”, expresó el máximo goleador en la historia del Fortín.

El acto continuó con la presencia arriba del tablado de ex compañeros en aquel inolvidable Nacional 68, como Néstor Sinatra y Pichino Carone quienes subieron a saludar al nacido el 1 de septiembre de 1942. El actual Presidente del Club, Sergio Rapisarda le entregó una plaqueta recordatoria no sin antes confesar que “estoy muy contento que se puedan hacer estos tributos. Ahí sentado está mi viejo que pudo disfrutar de tu juego. Este es un momento de mucha emoción, hay mucha gente que colaboró para que esto pudiera ser posible y esta noche quedará guardada por siempre en tu corazón”, Willington devolvió gentilezas con la misma precisión que utilizaba para ejecutar sus asistencias : “Le deseo la mejor de las suertes a su gestión. Veo gente joven, entusiasmada y con gran capacidad de trabajo. Y se está realizando una muy buena tarea en inferiores".

Hubo un reconocimiento especial a los integrantes de la Subcomisión del Hincha, impulsores de este proyecto, y a Elizabeth Eichhorm, la artista plástica realizadora de la obra.

Se acercaba el punto cúlmine del convite, el más esperado. Ana María, la compañera de “Daniel” desde hace 20 años y su esposa desde hace cuatro, trepó a la tarima, y luego de recibir un ramo de flores y destacar la calidad humana de su esposo, lo ayudó a descubrir la estatua cuando los relojes marcaban las 21:00 hs.

Cayó el paño, y la silueta y la pose inconfundible de Willington, de dos metros de altura, se reveló ante la gente que explotó en júbilo. Willington era perpetuo. Atronaron los canticos de época: “Y ya lo ve/ y ya lo ve/ es el famoso cordobés” o “En Alemania Beckenbauer/ en Brasil el Rey Pelé/ y aquí en La Argentina/ el famoso cordobés” entonados por aquellos que gozaron con su magia y por aquellos que supieron de sus pinceladas de estética a través de los relatos familiares.

Muy emocionado, al borde de las lágrimas, el grandote fino que deslumbró y derrochó fútbol vestido con nuestra camiseta en la década del 60, cerró la ceremonia con un deseo de felicidades para todos los simpatizantes velezanos, reiteró su eterno agradecimiento y se despidió con un “Chau, los voy a llevar en mi corazón toda mi vida”.

Los duendes del buen fútbol sobrevolaron este viernes por la noche en Espacio Multifunción II. Uno de sus máximos referentes fue homenajeado como se merecía. Daniel Willington, el SR FÚTBOL, el ilusionista que mejor mimó la pelota, el que mejor la trató en nuestra historia, el que sedujo a propios y extraños con su genio y su carisma, tiene su estatua en el Club, y acompañará, entreverado en una trilogía de símbolos velezanos inolvidables, a Carlos Bianchi y José Luis Chilavert. Willington, el bohemio, el indolente, el de técnica más depurada, el de mayores recursos, se subió al podio de los próceres, de los indiscutidos. Un estricto acto de justicia.

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Daniel Eterno

Daniel Eterno

Imágenes del acto donde se descubrió la estatua de Daniel Willington