Tras seis encuentros con sequía de triunfos, Vélez venció a Temperley en el Alfredo Beranger en un encuentro repleto de atractivos, con media docena de goles y tres tarjetas rojas. El partido contó con la figura destacada de Lucas Robertone, quien enderezó el camino a la victoria con un tiro libre divino y una definición exquisita sobre el final.

En un cotejo cambiante y con un Fortín preso de su propia ciclotimia, se mostró un inicio con claro dominio para los dirigidos por Gabriel Heinze. Mucho se habló desde la lista de concentrados sobre la ausencia de Santiago Cáseres (el entrenador confirmó luego que fue su decisión); con un Vélez que mostró un cambio táctico evidente con una línea de tres defensiva y con Mauro Zárate oficiando de una especie de "falso nueve".

El conjunto de Liniers salía muy bien y rápido por las bandas y tardó tan sólo cinco minutos en marcarle diferencias en el resultado a su rival. Una buena corrida de Bouzat por derecha terminó con una habilitación profunda hacia De La Fuente, que una vez que pisó el área, despachó un centro buscando a Mauro en el punto del penal. Sin embargo, el balón sobró la posición del nueve y le quedó en el segundo palo a Matías Vargas que, tras un control fantástico, envió al fondo de la red la pelota con un remate cruzado. Vélez se encontraba con la ventaja y la justificaba en el desarrollo.

Con cuidado y buena movilidad, aún sin salidas limpias en la dupla Robertone - Domínguez, el equipo se las arreglaba para arrinconar a los de Esmerado y llevar riesgo al arco de Ayala. Lo tuvo Mauro, que eligió definir por arriba cuando tenía en mejor posición a Vargas. Lo tuvo también el Monito, pero su lanzamiento se fue desviado. Hasta que se juntaron y fue todo ganancia para el Fortín. Vargas para Mauro y el goleador, en la puerta del área, cruzó el disparo que se incrustó junto al parante derecho de un Ayala que se recostó para el otro lado.

Los de Heinze estaban arriba en el marcador y no pasaban zozobra. Pero el local comenzó a adelantarse y aprovechando la pelota parada llegó el descuento. Otra vez, por la vía que tanto sufre y le cuesta a Vélez, Temperley encontró el gol, con un Di Lorenzo que cabeceó vacío por el segundo palo (en claro fuera de juego), sumando preocupación en un conjunto velezano que se iba al vestuario con alguna intranquilidad.

Sin Cubero en el complemento, Grillo lo reemplazó para completar la linea de tres. Vélez, como una patología repetitiva inicia la segunda etapa con algunas dudas y termina complicando su propia suerte. Más cuando en una jugada desafortunada en el cierre de De La Fuente, el balón le queda solo a Ozuna y este con un fuerte tiro supera a Rigamonti. El Gasolero alcanzaba una igualdad impensada y Vélez se veía una vez más complicado y aturdido.

A favor de la visita jugó el juego brusco del local. Porque debido a una seguidilla de infracciones, los de Esmerado sentenciaron su destino. Y porque tardó mucho el juez Bruno Bocca en reiterarle amarillas a jugadores que ya tenían tarjetas; algo que hizo, pero con el segundo tiempo ya avanzado. Cuando el trámite entraba en una meseta, el Fortín construyó una contra perfecta, Mauro llegó a la puerta de Ayala y el arquero, como último hombre, no tuvo otra opción que derribarlo. Roja al uno y un tiro libre ideal en la medialuna. Robertone se quedó con la responsabilidad que parecía ser de Mauro y le colocó una perla divina al palo derecho del ingresado De Bórtoli, para salir delirando por la tarde del Sur.

La violencia del Gasolero en las divididas, ahora sí, obligó al juez a no perdonar. Entonces Nani vio la segunda amarilla y ya con nueve jugadores, Vélez fue demasiado para Temperley, ya que encontró respuestas en base a la superioridad numérica. Mauro se fue con una molestia y se produjo el debut el Hacha Gonzalo Rodríguez.

La frutilla del postre llegó con el tiempo cumplido. Réplica de Vargas por derecha, cambio de frente para Robertone que ingresaba por izquierda y este, picando el balón con categoría, le puso cifras definitivas al marcador. Sólo quedó, en el descuento, otra expulsión en el local, para clausurar una tarde que tuvo de todo.

Vélez volvió al éxito en un tramo vital del torneo y con la mente puesta en lo que vendrá. Deberá crecer en el juego y en la solidez defensiva, la deuda mayor de un equipo que lastima con la misma intensidad con la que le infringen dolor.