Fútbol

En las malas mucho más

Desde lo futbolístico no será un gran año para recordar. Pero sí cada encuentro fue una muestra más importante del hincha velezano para su equipo, para la camiseta. Siempre dijo presente, se hizo sentir y empujó desde la grada al equipo siempre para adelante. El torneo del hincha fue fantástico y lo ganó por goleada.

La gran convocatoria en el Florencio Sola. El Hincha fortinero acompañó en buen número y cantidad cada una de las fechas del torneo.
Por Carlos Martino

Desde lo futbolístico no será un gran año para recordar. Pero sí cada encuentro fue una muestra más importante del hincha velezano para su equipo, para la camiseta. Siempre dijo presente, se hizo sentir y empujó desde la grada al equipo siempre para adelante. El torneo del hincha fue fantástico y lo ganó por goleada.

De Christian Bassedas a Omar De Felippe. Entre quien entre en el once para defender la camiseta. El apoyo estuvo constante. Con alguna rispidez lógica de un momento alarmante desde el puntaje en la tabla y los fantasmas que comenzaron a deambular en torno a un equipo que en racha negativa y sin triunfos de las primeras fechas, la daban alimento nutritivo a esos espectros.

Sin embargo, el hincha entendió que la mejor forma de salir es acompañar, apoyar, dar aliento. De a poco se le fue ganando la pulseada al murmullo, al insulto de nerviosismo en el entorno que se transportaba al terreno de juego. Aún con las cosas no saliendo de la mejor manera, el aliento siempre estuvo.

Así lo demostró en cada jornada de local en el Amalfitani, con la popular a reventar acompañando este duro camino de fecha a fecha. Así lo ratificó en las dos visitas que pudo hacer la parcialidad velezana cuando el equipo salió de los límites de Liniers. Copó Banfield, con una multitud que obligó a la habilitación de un pulmón sobre la platea para una mayor comodidad de un Sold Out total de tickets. Viajó en sentimiento a Mar del Plata ante Aldosivi, donde también un número fantásticos de hinchas le hizo el aguante al equipo y se volvió con el lamento de esos dos puntos más que se esfumaron por el aire con el remate agónico de Alvarenga sobre el larguero.

La seguridad y la mala organización del fútbol argentino en el cronograma de fechas le impidieron estar en la última allá en Sarandí cuando todo estaba estipulado que así fuera. Sin dudas, que con el hincha a sus espaldas, el equipo tal vez hubiera despedido el año con una sonrisa.

Que el 2017 nos encuentre en el mismo lugar del Amalfitani o donde te habiliten el sentimiento cuando se sale de casa. Que el aliento gana cuando hay entrega mancomunada del campo a la grada y viceversa. Que el camino es largo pero juntos es mejor. Que en las buenas siempre estamos, y en las malas mucho más.