Deportes

“No hubiera llegado donde llegué sino jugara en Vélez”

Tres medallas de oro en los últimos nueve meses, pero sobre todo un potencial enorme como receptor punta, lo convierten a Ignacio Luengas en uno de los jugadores con más futuro dentro del vóley nacional. Formado desde hace casi una década en Vélez, dialogó con el Sitio Oficial tras conseguir la última presea dorada en los Juegos Suramericanos de Cochabamba.

Por Diego Guitian

Nueve meses y seis días, transcurrieron entre el 25 de agosto de 2017 y el 2 de junio de 2018. La primera efeméride corresponde al Mundial Sub 23 disputado en Egipto, el título más importante en la historia del voley nacional. La segunda, al reciente logro en los Juegos Suramericanos. Para Ignacio Luengas, uno de los cinco jugadores que disputaron ambos torneos, no hace falta comparar los alcances de dos medallas de oro a nivel selecciones; "Creo que todo oro, todo primer puesto es altamente valorado y se vivió de esa manera. Es la ilusión que nos alimenta para seguir creciendo individual y colectivamente".

Proveniente de una familia cuyos integrantes (padres, hermanos y tíos) jugaron al vóley, este receptor punta de 22 años (28/1/1996), 2 metros de altura y 73 kg., llegó al club tras iniciarse en la Universidad de La Matanza a los 10 años. En El Fortín hizo casi toda la tira de inferiores y, en sus palabras, se impregna el amor y respeto que siente por la institución: "Vélez tiene que ver muchísimo, hace nueve años que estoy acá y todo el juego que logré fue gracias al club. No creo que en ningún otro club hubiera llegado donde llegué hoy sino fuera por Vélez".

Argentina culminó invicta en Cochabamba. En la fase de grupos, aplastó por 3-0 a Chile, Bolivia y Perú, y por 3-1 a Colombia y a Venezuela. Y en la final hubo sufrimiento para derrotar de nuevo al conjunto trasandino. Fue 3-2 con parciales de 27-29, 26-24, 25-17, 23-25 y 15-12.

"Me quedo con la previa del último partido donde todos nos quedamos cantando canciones de Argentina, eso es lo que más recuerdo de los días en Bolivia", apunta Nacho del torneo que significó el quinto oro en la historia de los Odesur para el vóleibol argentino, después de los obtenidos en 1978, 1982, 2010 y 2014.

En el año, no fue la primera vez que la celeste y blanca derrotó a Chile. Ya lo habían vencido en la final de la Copa Murano, justamente como visitantes, el pasado 3 de mayo. Argentina fue Campeón e Ignacio resultó elegido el Mejor Atacante del Torneo".

Según Rodrigo Pérez, entrenador del equipo velezano en la División de Honor, el futuro de Luengas es incalculable. "Su potencial es muy grande. Jugadores en su puesto, con esa altura, no hay en Argentina. Debe mejorar su solidez mental en la competencia y la regularidad en el saque de potencia. De todas formas mejoró su nivel de fuerza y eso le permite, a su vez, mejorar su porcentaje de ataque. Posee un biotipo y una capacidad atlética de jugador internacional, con muy buenas marcas en alcance de ataque y de bloqueo".

La ilusión de Nacho va más allá de las tres medallas de oro conseguidas en los últimos nueve meses. Quizás tenga que ver con lo que dice Pérez: "A muchos entrenadores le brillan los ojos cuando lo ven, entre ellos al mismísimo Julio Velasco. Espero verlo a Nacho en los próximos Juegos Olímpicos, creo que no está lejos de lograrlo".