Buenos Aires, Martes 25 de Febrero de 2014.(Prensa Vélez Sarsfield - Estadio José Amalfitani).
Acostumbrándose poco a poco a noches como ésta. Encaramados a un sueño repetido una y otra vez, que tuvo la suerte muchas veces de romper las barreras del inconsciente y convertirse en real. Respetando un patrón de juego e imprimiéndole aún más vuelo, sangre y corazón. Noches de copas como las de esta noche en el Amalfitani, tienen que ser las que marquen el rumbo, las que le aten los cordones al destino.
Porque todas las miradas estaban puestas en cómo iba a responder el equipo tras la inmerecida derrota del pasado sábado ante Lanús. Porque en base a una posible levantada, era vital capitalizar todas y cada una de las cosas negativas y cambiarlas en positivas. Pero sin lugar a dudas, demostrar que se está a muerte con la idea, con los medios y con el fin.
Con la vuelta de Tito Canteros al equipo y enfrentando a un siempre complejo conjunto de Brasil como el Atlético Paranaense, el Fortín se jugó nuevamente la suerte en su presente edición de la Copa Libertadores de América con el objetivo serio y firme de empezar a transitar el camino que lleve a la clasificación, sobre todo con la pasada victoria como visita en Lima.
Fue todo así. El equipo del Turu Flores dio muestras una vez más de su fútbol total cuando está fino, cuando puede demostrar todo su potencial, por más corto en experiencia que sea su plantel pero demasiado rico en calidad de jugadores. Con el correr de los minutos y la ventaja en el marcador, Vélez se hace fuerte y saca a relucir la inteligencia para capitalizar cada movimiento, cada trazo recorrido y optimizarlo en alimentación y lejos que se vuelva cansancio.
Abrió la cuenta con un gol suspensivo de Fernando Tobio, luchando y mostrando que la Copa se gana. Pero también amplió el marcador, demostrando que también en la Copa se juega, y fue Pratto el que le marcó el pase a Romero para picar al vacío y sentenciar la suerte de su equipo y la desdicha del visitante.
Para no sonreír, si Vélez juega y gusta y gana. Porque si bien, cometió errores como los que regaló ante Lanús; aprendió rápido la lección y leyó a la perfección los momentos de un partido copero, único en su especie. Entonces cuando tuvo que apretar fue, cuando necesitaba frenar al rival aumentó la posesión de pelota. La inteligencia para manejar el juego fue y es una de las cualidades de este Vélez del Turu Flores.
Hoy Vélez está tan fuerte como ayer. Sueña, cómo no va a soñar. Pero con los pies en la tierra y con el lema de su entrenador de ir por todo, con todos. Así, suele ser más fácil, por más que haya un rival importante o el que sea delante.
Carlos Martino
@martineta16
