El paseo tuvo su mojón de largada al lado de la puerta 9, lugar donde los más chicos, acompañados por sus padres, bajaron como lo hacen los jugadores al ritmo de AC/DC para pasar al vestuario, luego al campo de juego y finalizar en el Salón de Conferencias, quedando en este espacio a la espera las Copas Libertadores e Intercontinental. 

Pero eso no era todo, mientras grandes y chicos posaban junto a las máximas conquistas y recibían un diploma como certificado de iniciación y fidelidad con la V azulada, se hizo presente un invitado muy especial. Fabián Cubero arribó desde la Villa Olímpica luego del entrenamiento para coronar de la mejor manera esta hermosa jornada. 

Poroto, con su habitual carisma, repasó su trayectoria de más de 20 años y 600 partidos en la Institución y contó cuales fueron sus vicisitudes cuando vino a probarse desde su Mar del Plata natal en 1993, y recordó que pese a no quedar seleccionado, finalmente en 1996 logró ingresar a las inferiores del Club.

El hombre que jugó en tres décadas diferentes les habló a los más chicos sobre la lealtad, respeto y sacrificio, y explicó que ser jugador de fútbol es un trabajo como cualquier otro en los que el compromiso y dedicación son fundamentales.  

Luego de preguntas muy ocurrentes por parte de los más chicos, moderadas por Álvaro Norro, cómo ¿por qué no tenés la camiseta de Vélez puesta? o ¿cuántos años tenés? Poroto firmó autógrafos, se sacó fotos y regaló sonrisas como es su costumbre.

El evento, cobijado por un sol que iluminó y acompañó durante toda la acción concluyó a primera hora de la tarde. Los más chicos disfrutaron un día único y diferente, que sirvió como herramienta para empezar a forjar su compromiso de amor por los colores.