Institución

El Homenaje a Don Pepe

En el 40º Aniversario del fallecimiento de Don José Amalfitani, la Comisión Directiva tributará un homenaje, frente al Monumento y Mauseleo que guarda sus restos, en la Chacarita. El acto será a las 9.30 hs., se oficiará un responso y colocación de ofrendas florales.

Cimientos sólidos de cemento que con el tiempo llevaría su nombre. Sentimiento de cal, arena y ladrillo con forma de V azulada. ''Yo no he venido al funeral de Vélez Sarsfield. ¡Mientras haya 10 socios, el Club sigue en pie!'', retumbando de aquellos tempranos años duros de fútbol de ascenso en los pasillos y recovecos del gran estadio de hoy día.

Hoy se cumple el 40º Aniversario del fallecimiento de Don José Amalfitani, la Comisión Directiva tributará un homenaje al ex Presidente, frente al Monumento y Mauseleo que guarda sus restos, en el Recinto de Celebridades de la Chacarita. El acto tendrá lugar a las 9.30 hs., oportunidad en que se oficiará un responso y se procederá a la colocación de ofrendas florales.

 

Cimientos sólidos de cemento que con el tiempo llevaría su nombre. Sentimiento de cal, arena y ladrillo con forma de V azulada. "Yo no he venido al funeral de Vélez Sarsfield. ¡Mientras haya 10 socios, el Club sigue en pie!", retumbando de aquellos tempranos años duros de fútbol de ascenso en los pasillos y recovecos del gran estadio de hoy día. Radiografías de un hombre que ideó, soñó, vivió y sintió mucho más que un club de fútbol. Instantáneas de ese tano luchador que empleó su tiempo y sangre en el crecimiento incansable de nuestra gran Institución. José Amalfitani, Don Pepe. El responsable de que en el calendario se celebre el 14 de mayo como el ?Día del Dirigente Deportivo".

 

Con sus dos presidencias (1923 ? 1925 / 1941 ? 1969), en las que las más variadas situaciones golpearon, levantaron, ayudaron a caminar y crecer al gigante que hoy nos enorgullece. Desde ese doloroso descenso, detonante de una renuncia masiva por parte de los socios que llevó al Club a un estado de terapia intensiva. Así un ladrillo se posaba sobre otro, unidos y liados por mucho más que cemento. Allí la tierra de esos camiones con restos de demolición se detenían para rellenar aquel terreno que Don Pepe había conseguido a muy buen precio. Entonces el apoyo fundamental de la gente de Liniers y de la zona oeste, el proyecto de Amalfitani tomaba la forma, que hasta ese entonces, retumbaba en su mente.

 

Fue así como Vélez, con mucho esfuerzo, inauguró el nuevo Fortín en Barragán y Gaona (actual Av. Juan B. Justo) el 11 de abril de 1943. Poco a poco, el Club fue saneando su economía, y revirtió por completo su situación llegando a ser una de las instituciones más respetadas a nivel nacional por su excelente cumplimiento de la función social. De esa forma, crecía un grande a pasos agigantados sumado a ese lema que reza fiel ?Un socio que ingresa al club es un campeonato ganado?. Palabras más, palabras menos el legado estaba aferrado al sentimiento velezano.

 

Pero aquel campeonato deportivo también sumaría al campeonato social. Y en el recordado 1968, el Club Atlético Vélez Sarsfield escribía por primera vez en la historia grande del fútbol argentino su nombre de Campeón Nacional. La corona, la frutilla del postre que venía a endulzar de gloria tanto crecimiento a nivel dirigencial, social e institucional. Ese galardón redondeó a la perfección el trabajo de José Amalfitani.

 

Que esta mole de cemento, este teatro de los sueños pintados de azul y blanco lleve su nombre no pertenece al rango de las casualidades. Es el merecido homenaje a un hombre que construyó y delimitó el sendero que trajo a nuestro amado Vélez Sarsfield hasta aquí. Es la retroactividad de esa visión admirable. Es la fortaleza, tenacidad y personalidad de un hombre que levantó y vistió de gala a un gigante modelo de muchos con el paso de los años.

 

Allí, descansando en el Hall Central del Club, el busto de Don Pepe sacude la memoria de muchos y mantiene latente un ideal que se aferra a mucho más que una Institución que camina al Centenario.

 

Carlos Alberto Martino.

 

 

EL VIAJE SIN FINAL

Por Osvaldo H. Gorga

 

A Vélez Sarsfield donó todas sus cosas

cuando el destino lo consagró inmortal,

y presa su alma de pasiones impetuosas

inició el camino de un rumbo inmemorial.

 

No encontrará jamás meta final

el viaje de este ser esclarecido,

continuará con su obra colosal,

o en algún sueño que no fue cumplido.

 

Vagará atento su espíritu latente,

para volver cuando sea convocado,

germinará diaria su fructífera simiente

en el tesón del trabajo denodado.

 

Existirá en la labor de quienes le siguieron,

y en la risa de los niños que tanto protegía,

en la nostalgia por aquellos que se fueron,

y en la desdicha que afrontó con hidalguía.

 

Evocado en el cemento de un estadio

que cobra vida con el grito de la gente,

en la euforia del triunfo consagrado,

o en la templanza de perder siendo valiente.

 

Está en todos los que fuimos sus pupilos,

orgullosos de exhibir limpia conciencia,

y amarrado a él por indelebles hilos,

un pueblo entero que lo plasmó en leyenda.

 

No habrá tregua en los futuros tiempos

aunque primen tal vez otras culturas,

porque su noble y venerado ejemplo

será prenda de conducta que perdura.