Omar Di Salvo se presenta y ya se observa en él a un artista. Accede cordial a la charla con el Sitio Oficial y se dispone a contarnos acerca del motivo que hace más de dos meses lo tiene pasando sus horas en la fachada del club, sobre la avenida Juan B. Justo, al lado del acceso a la Platea Norte Alta. Es que Omar, ?pancho? para los amigos, es el encargado y el alma máter de la confección del Mural del Centenario que, próximo a su inauguración, ya se ha convertido en un nuevo foco de interés para los vecinos de Liniers.

 

-¿Cómo se te ocurrió esta idea de armar un mural de Vélez y para Vélez?

-Esto es una idea que yo tenía hace un tiempo, para el año en que Vélez cumpliera sus 100 años. Yo soy artista y vivo de esto, estudié Bellas Artes, hago murales, tatuajes y pinto cuadros. Siempre que puedo hago cosas para el club, como el Paturuzú que pinté hace algunos años en el gimnasio. Para el centenario mi idea era hacer un mural, en principio pintado, pero después se contactaron de la empresa Weber para ofrecerme las venecitas, que son las piedras que se utilizan para el mural, y entonces arrancamos con este proyecto. Lo que si tengo que destacar es que yo no pertenezco a ninguna Subcomisión. Cuando el actual presidente, Fernando Raffaini, salió electo yo le regalé un cuadro parecido a lo que estoy haciendo acá porque tengo una amistad con él producto de haber pasado tantos años en el club, en el gimnasio, en ésta que es más que mi segunda casa. Le regalé un cuadro a modo de felicitación y ahí surgió la idea de hacer un mural para los cien años. Este año, estando en España me contacté con Fabián, que es de acá del club y también tiene una empresa que donó piedritas. Ahí me preguntó si me animaba a hacer el mural, me dijo que la empresa Weber también iba a donarlas y bueno, volví y acá estamos.

 

-¿Hace cuánto que estás trabajando en el mural?

-Aproximadamente dos meses y veinte días. Por supuesto que en este tiempo hubieron días que llovió, que faltaban materiales o que éramos pocos y se dilató bastante. En principio me habían dicho que iba a venir gente a colaborar y como eso no pasó terminé juntando amigos míos, chicos del club que gracias a Dios se comprometieron con el proyecto y hoy por hoy somos ocho personas que son todos amigos míos del club, de la cancha, del gimnasio. Empezaron a venir a verme y de a poco se fueron enganchando. Para ellos es una terapia, vienen después del trabajo, a la noche, a veces nos quedamos hasta la madrugada. Para mi es muy valioso destacar la ayuda de ellos porque en verdad este es un trabajo que si uno lo hace solo lo termina en un año. La ayuda de los chicos es muy importante y además vale destacar que todos trabajan y aunque al otro día se tengan que levantar temprano se quedan hasta altas horas colaborando para que el mural quede listo cuanto antes. Si bien yo soy la cabeza del grupo y el que va armando todo, la ayuda de ellos es indispensable.

 

-¿Cómo es el trabajo que estás haciendo?

-Es difícil, es como pegar caramelos ?sugus? en una pared de 15 metros por cinco, más los azulejos. Es complicado porque hay que cortarlos, son muchas figuras y esto no es como dibujar con un pincel, es muchísimo más dificultoso. Hay que cortar, pegar, alejarse, pero bueno, es un lindo desafío. Obviamente el trabajo se hace de a poco.

 

-¿Cuánto tiempo le dedicás?

-Para que te des una idea yo trabajo de tatuador y desde que empecé con esto no hice ningún tatuaje, de verdad. Yo esto lo hago por amor a Vélez, estoy todo el día acá, no tengo tiempo para otra cosa. La idea era terminarlo antes del primero pero con la lluvia no se pudo. De todas maneras, prefiero tardar un poco más y que quede perfecto aunque por suerte ya falta poco. Por otra parte quiero agradecer a todos mis amigos del club que me ayudan: Mirco, Sebita, el Cartero, Diente, Beto, Bernich, Pablo y Juancho Figueroa. Espero no olvidarme de ninguno. Esto está gracias a ellos que son los que me ayudan y con los que estamos todos los días acá, por eso también vamos a poner una placa con nuestros nombres. Esto va a estar toda la vida y para mi es un homenaje que queden nuestros nombres registrados en esta obra. También es importante que la gente sepa que nosotros no recibimos ayuda ni nos pagan por hacer esto. Lo hacemos por amor a Vélez, porque si no fuese para el club no lo haría. Si este trabajo no fuera para el club lo cobraría más de diez mil dólares, yo me dedico al arte y sé lo que cuestan las cosas. Esta obra de arte es un trabajo muy grande y lo hago con gusto, por el amor que tengo por este club.

 

-¿El diseño del mural también es tuyo?

-Si, el diseño es mío. Intenté unir figuras de la historia de Vélez, las más representativas. Traté de jugar con las formas de las banderas y el fondo, y en sí lo dibujé varias veces. Puse figuras centrales como Amalfitani que es un ícono, algunos jugadores referentes de cada época, algunas copas, escudos, las estrellas de los campeonatos. Busqué darle un toque artístico y a medida que lo iba haciendo también fui corrigiendo sobre la marcha.

 

-¿Qué sentís cuando la gente se saca fotos o te dice que les gusta el mural?

-Cuando la gente pasa y me dice que les gusta lo que hago me pongo muy contento, es como que ?no caigo?. La gente viene, se saca fotos, me pone muy feliz. También estoy muy entusiasmado porque el mural se va a inaugurar y van a venir del área de Cultura del Gobierno de la Ciudad, lo que quiere decir que la gente lo reconoce como una obra de arte, independientemente de ser hincha de Vélez y eso me pone muy contento. La idea es que también sea un aporte cultural.

 

-¿Que te gustaría que pase con este mural?

-Para mi sería un sueño que se haga un mundial en Argentina, que Vélez sea sede y que venga un japonés y se saque una foto con el mural. Además, esta es mi obra cumbre, esto es para el hincha de Vélez, quisiera que lo disfruten que es para ellos. Es para Vélez porque estas paredes no tienen dueños, no son de ninguna persona en especial ni de ninguna Subcomisión, sino que son del club, de la gente. Esto es para Vélez y para gente de Vélez. Los que no son hinchas de Vélez, espero que lo puedan ver como una obra de arte. Ojalá se lo reconozca así.

 

Omar se despide amablemente y vuelve rápidamente a su labor. Se coloca el delantal y comienza a unir, de una, las piedritas que luego pegará formando formas y figuras. La de Don Pepe ya está lista y es testigo del enorme esfuerzo de él y de quienes lo ayudan de día y de noche. El momento de la inauguración está por llegar y entonces sí, se inmortalizará sobre el frente del club esta obra de arte que lleva como estandarte nada más y nada menos que el eterno amor a un club que sabe de sacrificios, glorias y sueños.

 

Agustina Rodríguez Bardelli.