"Estamos al pie del cañón trabajando con Cuarta y Reserva de manera mancomunada con Primera División. Y siempre con la expectativa de hacer crecer a los chicos, que es fundamental y más en este último paso previo al fútbol profesional", arranca Guillermo Morigi y no se detiene. Su énfasis dispuesto en la formación del juvenil no cesa un segundo, incluso en días muy especiales para su vida con el nacimiento de Lupe, su primogénita.

-Sí, mientras se pueda trabajar combinado, no hay problemas. Hasta el momento lo estamos haciendo bien. Esta política que implementó Miguel (Russo) de hacer trabajar a la Primera y la Cuarta es lo mejor que les puede pasar a los chicos, les facilita las cosas cuando lleguen. A veces se entrena de manera diferente porque las necesidad de Primera obliga que nosotros busquemos jugadores de Quinta, por ejemplo, pero a su vez sirve para que los más chicos vayan aprendiendo.

-La diferencia de un gran jugador a uno normal, o de uno que llega a Primera y no se sostiene, no las marca las cualidades futbolísticas generalmente, si no las capacidades cognitivas y la personalidad del jugador, su mentalidad. No creo que Messi ni Cristian Ronaldo estén donde están por sus cualidades futbolísiticas solamente, si no porque están bien preparados en lo mental. Más allá de que si las posibilidades escasean o no, es relevante que el jugador esté preparado mentalmente para saber ejecutar y tomar decisiones dentro de un campo de juego sabiendo qué debe hacer. En eso se trabaja mucho, pero hay un contexto social que a diferencia de otros años ó generaciones, a nosotros los más grandes nos cuesta comprender la forma de pensar de los chicos de hoy. Pero es trabajo nuestro tratar de cambiar y buscarle la vuelta para que eso cambie, de manera tal que en el fútbol de inferiores estén las mayores posibilidades para que en el día de mañana los chicos estén a la altura.

-Obviamente que soy optimista y no compete solo a Vélez Sarsfield si no a todo el mundo. En otros clubes están en la misma. No le echo la culpa al chico, es la forma de vida que hoy tiene un adolescente. Vos decís que yo tengo 40 años, pero cuando tenía la edad de estos chicos, apenas empezó a existir la televisión por cable y veías una chapita de gaseosa en la calle y era una pelota y el árbol y el poste de luz, un arco. Pero nos compete a todos los clubes; soy positivo porque nosotros nos debemos adaptar a las condiciones humanas y sociales para dotarlos de las mejores herramientas así puedan hacerlo lo mejor posible.

-Los Categoría 96, que algunos ya no siguen en el club pero que una gran mayoría los tuve dos años (Séptima y Sexta) al dirigirlos. Por ejemplo Lautaro Viscardi, Hernán Toledo, Gonzalo Zabala ó Nicolás Servetto. Mismo otros ´95 o ´94 con gran capacidad futbolística. En Tercera y Cuarta los estados de ánimos son muy diferentes y vos te encontrás con chicos que están de una manera y otros que bajan de Primera con diferente ánimo. Todos los que nos dedicamos al fútbol lo pensamos con pasión y sin alegría no se puede aprender, porque a cualquiera que le quieras enseñar algo, es muy difícil que lo incorpore. Trabajamos sobre esos estados y respecto a lo que encontré, fue un grupo con mucha predisposición. Estamos muy contentos con Mariano Pizzoglio y Alfredo Sciana (Preparadores Físicos) por el grupo que recibimos.

-Eso va a depender del momento cuando hablemos con Miguel, si es que quiere que juguemos de la misma manera ó  no. Eso te lo marca el jugador que tengas, porque los sistemas tácticos se forman a partir de la mitad de la cancha. Miguel me dirá qué jugadores quiere que participen. El sistema es el mismo, por ahí cambia el 4-4-2, 4-4-1-1; lo importante es si sos ofensivo, defensivo o te la pasás especulando, todo dependerá de la impronta que vos puedas tener.

-Hay enganches, Santiago Stelcaldo lo puede hacer. Pero hablar de enganches, así suelto, me parece una terminología bastante anticuada. La pausa no solo te la da el enganche, por caso Cabral. En el caso del Barcelona, Sergio Busquets sería un enganche y no juega en esa posición. Lo que nosotros conocemos como enganche se mueve entre las dos líneas defensivas rivales. No hay muchos, es difícil decir si se acabaron o no, porque los que jugaban a un ritmo hoy no podrían jugar. El funcionamiento del equipo no pasa por un jugador si no por una serie de movimientos de los 10 restantes que hacen que no dependas de uno solo.