Fútbol Amateur

“Vélez es mi lugar en el mundo”

?Mi aguinaldo es el cariño de los chicos?, remarca con orgullo Roberto Torrilla, otro técnico que conoce mucho el fútbol infantil, entrenador de la 11ª división, quien dialogó con el Sitio Oficial. En esta nota nos cuenta de sus comienzos en el club, su actualidad con la categoría 97 y su amor incondicional por Vélez.

''Ya voy para 11 años dentro de Vélez; las paredes, los ladrillos de este club saben de mi; fue un camino duro el que he recorrido y si lo tengo que volver a hacer, Vélez lo vale; no hay nada mejor para mí que pararse en el césped y tener enfrente a 50 chicos que te miren, te devoren con la mirada y sepan que lo que vos le decís es la verdad y eso no hay nada que lo pague; Vélez para mi es el ombligo del mundo'', remarca Torrilla.

?Mi aguinaldo es el cariño de los chicos?, remarca con orgullo Roberto Torrilla, otro técnico que conoce mucho el fútbol infantil, entrenador de la 11ª división, quien dialogó con el Sitio Oficial. En esta nota nos cuenta de sus comienzos en el club, su actualidad con la categoría 97 y su amor incondicional por Vélez.

 

A punto de cumplir 50 años, nacido un 26 de octubre de 1959 en la localidad de 25 de Mayo; casado con Alejandra Lencina y con un hijo llamado Daniel, Torrilla es un enamorado de su familia: ?Tengo la bendición de Dios de tener una esposa como la que tengo y el hijo que me ha brindado?, dice agradecido.

 

?Mi camino hacia Vélez comienza en la época del campeón de todo en la década del 90. Yo vivía cerca del club, quería estar de alguna manera ligado a la institución y me aferré mucho a los chicos de la pensión; en ese momento estaban Mauricio Pellegrino, Carlos Compagnucci, entre otros pibes, quienes en la comida cábala que hacíamos los jueves en mi casa me decían que yo debía relacionarme con el fútbol para en un futuro lejano seguir unidos?, recuerda.

 

-¿Cuándo llegás al club como entrenador?

-Fue en el año 99. Yo tuve la fortuna de ponerme en el camino de Vélez, cuando yo me preparé para estar en este club, era mi anhelo desde hace mucho tiempo. En la época que yo me puse a estudiar en el curso de técnico, no había otra meta que trabajar en Vélez. Tuve la suerte de poder ir a trabajar con jugadores libres por el curso de entrenador y lo enfrento a Coco Pascuttini en la Villa Olímpica y fue ahí que él me dio la chance de trabajar en Vélez. Comencé en octava división, luego pasé por la Liga Metropolitana en donde estuve 8 años seguidos, dirigía 4 divisiones y como me decía Alberto Fanesi, cuadriplicaba mis conocimientos.

 

-¿Cómo estaba Vélez en ese momento?

-Me encuentro con un club ordenado, en crecimiento, un desarrollo que lo fue logrando con las distintas dirigencias; hoy mirás el presente y la historia pasada te obliga, por el entorno, tenés coordinadores arriba, abajo, estás a prueba en el día a día, pero a diferencia de antes hoy nos ayudamos mutuamente, todos colaboramos para darle lo mejor al club bajo las órdenes de Pino Hernández y tenés compañeros extraordinarios como Gerardo Rojo y la experiencia y las vivencias de Héctor Berra y Juan Carlos Montaño que siempre tienen la palabra justa.

 

-Hoy tenés la categoría 97?

-Es una categoría que le va a dar muchas satisfacciones al club, que tiene muy buen pie y que está a la altura de las circunstancias del club; yo no obligo a la categoría, ella me obliga a mi a estar pensando las 24 horas en brindarle lo mejor y a excepción de casos puntuales que se pueden solucionar creo que se viene una prenovena y en dos años una novena que sin ninguna duda le va a dar muchas alegrías a Vélez, porque es una categoría bastante completa.

 

-Si se mantiene la mayoría de este plantel en juveniles. ¿Hay más posibilidades de que lleguen a primera?

-Las categorías tienen vida propia, cada una tiene su personalidad, nosotros los grandes somos incidentes en esa personalidad; hay divisiones que tiene cambio de técnico en varios pasajes del año y esas generalmente son las más difíciles. Recuerdo la 85, 86, 87, que te daba gusto ir  a verlas porque todas tenían una forma de jugar y la mayoría venía con jugadores de infantiles. La 97 va en camino a eso, a quedar en la historia y en la memoria de muchos.

 

-¿Cómo está hoy el tema de captación de jugadores en el momento que vive el país?

-Han aparecido en el espectro del fútbol infantil agentes nuevos; somos administradores de miserias humanas; hoy se le paga a un padre 100 pesos para que el chico vaya a jugar al baby fútbol y nos ha pasado en Vélez que el chico estando lesionado, fue a jugar porque el padre necesitaba el dinero. Está todo muy turbio, igualmente se siguen probando pibes, la 97 no tuvo gran recambio, Pino está realizando una gran tarea, y en el caso de mi categoría creo tener los 35 chicos para el año próximo y eso quiere decir que el ojo está bien afinado en la captación.

 

-¿Cuál es tu objetivo o la meta que te ponés a comienzo de año?

-Yo quiero que el chico se meta bajo mi piel, que sea una cicatriz en mi vida, en cada categoría que pase; para ello hay que inculcarle convencimiento, educación, seriedad, la verdad por sobre todo y tengo por forma de vida ser un padre para ellos, que ellos me demuestren en la cancha el afecto y lo que yo les brindo en cada práctica. De ahí, el resultado no está muy lejos.

 

-¿Hoy se apunta más al resultado que a la formación del jugador?

-Hoy se nota en los alambrados, se nota la agresión de los padres, pero acá hay algo básico y elemental; es que el chico aprenda los gestos técnicos; hoy a los clubes les interesa tirar buenos centros y tener buenos cabeceadores, pero si vos al chico no le enseñás a pegarle a la pelota, a cabecear y a saltar, tampoco sirve de nada. Hoy estos estamentos en Vélez están, y los trabajan Marcelo Bravo, Guillermo Campton Hall, Berra, Torrilla, Rojo, etc; yo creo que se viene una camada de un buen trabajo que va dar sus frutos en el futuro.

 

En una rica y extensa charla, Roberto es un agradecido al club para el cual se abrió entero gran parte de su vida: ?Ya voy para 11 años dentro de Vélez; las paredes, los ladrillos de este club saben de mi; fue un camino duro el que he recorrido y si lo tengo que volver a hacer, Vélez lo vale; no hay nada mejor para mí que pararse en el césped y tener enfrente a 50 chicos que te miren, te devoren con la mirada y sepan que lo que vos le decís es la verdad y eso no hay nada que lo pague; Vélez para mi es el ombligo del mundo?, finaliza.

 

Rodrigo Ruiz.